El juez deja en libertad sin fianza y con cargos a dos neonazis acusados de apalear a un inmigrante

Abraham Fernández, de 22 años, y con 14 detenciones por agresiones xenófobas, y Carlos. H. M., de 24, ambos neonazis, salieron ayer en libertad sin fianza de los juzgados de Sabadell. Tendrán que comparecer cada 15 días ante el juez y se les imputan los delitos de lesiones y de atentado contra la autoridad. El argumento del titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Sabadell fue que, pese a las numerosas detenciones, ninguno de los dos jóvenes tiene antecedentes penales y no hay riesgo de fuga. Los dos son los presuntos agresores de Fernando U., un portugués de origen guineano de 43 años a quien, presuntamente, dieron una brutal paliza el sábado en Castellar del Vallès.

El Ayuntamiento de Castellar presentará hoy un recurso contra la decisión de dejar en libertad a los presuntos agresores y alegará que el hecho de que estén libres "causa alarma social en la población".

Le insultaron, le persiguieron y le dejaron inconsciente después de clavarle puntapiés por todo el cuerpo. También se enfrentaron y agredieron a los dos policías locales que acudieron para poner fin a la brutal paliza. La víctima continúa ingresada en el hospital Parc Taulí de Sabadell con múltiples hematomas por todo el cuerpo y con una fractura en la zona orbital del ojo izquierdo. Según fuentes del hospital, tendrá que ser intervenido por las lesiones de la cara.

Pocas horas antes de que el juez deciciera dejar libres a los neonazis, la alcaldesa de Castellar del Vallès, la convergente Montse Gatell, había reclamado el ingreso en prisión de Abraham "porque", precisó, "es un peligro cada vez que esta persona, en libertad provisional, actúa en nuestro municipio o en ciudades vecinas". Gatell pidió una "mayor contundencia" de la justicia ante la violencia fascista. Por la tarde, estas peticiones cayeron en saco roto.

Más policía

Gatell también tuvo quejas para los cuerpos policiales y reclamó más efectivos. Es una demanda que suena antigua. Lo mismo se pidió hace tres años, cuando la fiesta mayor de este municipio se vio sacudida por un espiral de violencia protagonizada por jóvenes skins.

Desde entonces pocas cosas han cambiado en Castellar. El número de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil no ha "decrecido", según la alcaldesa. Hace tres años había un cuartel de la Guardia Civil en Castellar, pero los agentes fueron trasladados hace unos meses a Sabadell. Hay 30 policías locales, seis más que hace tres años. Pero "lo que no puede hacer la policía local", sostiene Gatell, "es el trabajo de los otros cuerpos policiales, que en estos momentos no están presentes en el municipio. No podemos aceptar de ninguna de las maneras que hasta el 1 de noviembre [fecha prevista para la llegada de los Mossos d'Esquadra al Vallès Occidental] no haya los efectivos necesarios para garantizar la seguridad ciudadana".

Fernando U. tuvo la mala suerte de tropezarse el sábado con sus dos presuntos agresores. La alcaldesa confirmó que ni se conocían ni intercambiaron palabra alguna. Fernando no hacía ni un mes que residía en Castellar, donde compartía piso con unos compañeros. El único familiar que tiene en España vive en Terrassa.

La alcaldesa aseguró ayer que los jóvenes ultraderechistas están organizados, pero que su estructura "no es demasiado sólida". Los jóvenes fascistas "han ido poco a poco abandonando la estética skin, lo que no quiere decir que hayan abandonada la ideología fascista", subrayó. Hace tres años algunos de estos jóvenes de Castellar, añadió la alcaldesa, "concurrieron a las elecciones con el Movimiento Social Republicano [de ideario fascista], pero en estos momentos no tenemos noticia de que estén vinculados con esta organización".

Gatell explicó que desde el Ayuntamiento se están tomando medidas de prevención. Además, según la alcaldesa, hace dos meses se firmó "un convenio con la Secretaria de Joventut para aplicar un programa piloto de prevención de violencia entre jóvenes".

La Plataforma Ciudadana Castellar contra el Feixisme asegura que, pese que desde el 2003 ha disminuido el número de agresiones, "continúan existiendo grupos importantes de jóvenes nazis y organizados".