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Reportaje:LEONOR Y VICTORIA

Pareja de reinas

Dos actrices que cantan, dos cantantes que actúan. Nacidas un mes de julio con 16 años de diferencia. Entre las dos han hecho más de cien películas, pero sus carreras nunca se habían cruzado. Ahora coinciden en 'Tirante el Blanco', la nueva de Vicente Aranda. Un filme de encuentros. Dos formas de entender el arte, frente a frente.

Pablo Guimón

Leonor y el virus. Es martes por la tarde, y Leonor Watling se encuentra mien. "Con eme", subraya, exagerando el acento nasal y poniendo una entrañable carita de pena. A veces el cuerpo es capaz de leer la mente. Y Leonor cree que algo se debía de oler el suyo cuando, hace un par de días, en la recta final de una gira con su grupo, empezó a dar señales de flaqueza. "Supongo que el cuerpo sabía que eran los últimos conciertos", dice. "En tres años que llevamos tocando, nunca me había puesto enferma. Y justo ahora, cuando voy a tomarme un par de semanas de vacaciones, prácticamente las primeras en dos años, me pongo mala".

Decir que las vacaciones de Leonor son merecidas es quedarse corto. La actriz cantante (o cantante actriz, ustedes mismos, ella pasa) ha descansado poco últimamente. Este año se estrenan cuatro películas con el nombre de Leonor Watling en sus títulos de crédito. Ha rodado en Madrid, Barcelona, Extremadura, Portugal, París, Sicilia. Y algún que otro proyecto, como participar en la nueva película de Arturo Ripstein, se ha quedado en el camino.

"La música te sigue allá donde estés: en casa, en el transporte, comiendo, follando. No te deja" (Victoria Abril)
"Siempre quisimos que el grupo Marlango no fuera sólo Leonor que canta" (Leonor Watling)
"Mi enganche con Leonor ha sido, sobre todo, musical" (Victoria Abril)
"Victoria es una actriz increíble. Siempre me ha gustado mucho, me hacía ilusión conocerla" (Leonor Watling)
"Yo, entre Leonor y Victoria, haría todas las películas de mi vida" (Vicente Aranda)

Luego está Marlango, el trío de pop jazzero en el que Leonor, de 30 años, canta y escribe. Su segundo disco, Automatic imperfection, salió en septiembre pasado y lleva vendidas 60.000 copias. Así que, entre película y película, se ha dedicado a recorrer los teatros de España en furgoneta. "Ha sido un invierno muy duro", reconoce Leonor. "Lo ideal es que no vuelva a ocurrir esto".

De momento, en el terreno musical, su agenda no presenta variaciones a la vuelta. Le esperan conciertos en España, Inglaterra, Alemania, Austria y Francia; posible visita promocional a Japón (han vendido 20.000 copias de su anterior disco en aquel país) y viaje a Angola a rodar un reportaje con Intermon Oxfam, ONG con la que el grupo colabora.

De modo que vacaciones merecidas. Pero antes, un último esfuerzo. Sesión de fotos con EPS. Y aquí está Leonor, desafiando a la gripe, en uno de los amplios salones de un palaciego piso de Madrid. Pero no esta sola.

Leonor y Victoria. Esta tarde, Leonor comparte fotos con su nueva amiga, Victoria Abril, de 46 años, que se encuentra en el mismo salón, unos metros a la derecha, en manos de su maquillador. Otra hiperactiva actriz cantante, o cantante actriz, con más experiencia que ella en lo actoral y algo menos en lo musical. Tres películas a estrenar en 2006, un buen número de conciertos con su disco Putcheros do Brasil (100.000 copias vendidas en Francia) y alguna sorpresa: la actriz está meditando la oferta de actuar en la versión del musical Cabaret que va a dirigir Sam Mendes en París. Y participa con un pequeño papel en la nueva película que Antonio Banderas dirige en Málaga. Quince años después de Átame.

Tienen cosas en común las dos actrices cantantes (o cantantes actrices). Pero hasta ahora nunca habían trabajado juntas. No se habían cruzado ni en las más de ochenta películas que ha rodado Victoria, ni en las cerca de treinta que ha hecho Leonor.

El encuentro ha venido finalmente brindado por el director Vicente Aranda, que cuenta con las dos actrices en Tirante el Blanco, su nueva película. Un título que supone, a su vez, el encuentro del director, de 79 años, con un proyecto que ansiaba realizar desde que empezó en esto allá por los años sesenta: llevar al cine la gran novela de caballerías escrita por el valenciano Joanot Martorell en el siglo XV. Volveremos sobre estos encuentros, pero antes un reencuentro: el de Vicente Aranda con Victoria Abril, la que fue su musa durante 20 años, hasta que la relación se rompió hace siete.

Victoria y Vicente. Victoria Mérida Rojas (así se llamaba antes de adoptar el apellido artístico de Abril) trabajó por primera vez a las órdenes de Vicente Aranda en su película de 1977 Cambio de sexo. Corrían los tiempos en que la actriz hacía de azafata contable en el programa televisivo 1, 2, 3… responda otra vez. Victoria tenía 18 años y encarnó, en aquel primer papel protagonista con Aranda, a "José María / María José", un adolescente que descubre que es transexual. Desde entonces han hecho 13 películas juntos. "Veinte años es un cachito de vida", cuenta Victoria. "A mí me ha dado tiempo a crecer, a ser mujer, a ser madre, a envejecer. Yo me he formado como actriz para Vicente. Incluso cuando no trabajaba con él y tenía problemas para comprender a un director, cuando estaba perdida, siempre pensaba: 'A ver, si fuera para Vicente, ¿cómo lo harías?'. Y oye, siempre me ha funcionado. Las cosas, cuando las haces dedicadas a alguien, teniendo en cuenta sus recovecos, sus carencias, sus excesos, sus gustos, pues curiosamente encajan".

Pero esa relación de musa y director, una de las más sólidas y fructíferas del cine español, se rompió ruidosamente en 1997 mientras preparaban la película La mirada del otro. Razones que hoy ambos prefieren no recordar les llevaron a deshacer lazos. Pero el tiempo lo arregla todo.

Victoria y Amelie. París, 16 de junio de 2003. Esta noche, Victoria Abril es la invitada estrella en el programa de televisión francés El fabuloso destino de…, espacio que toma su nombre del título original de la película Amelie (Le fabuleux destin d'Amélie Poulain). La actriz madrileña reside en París desde 1982, con sus dos hijos adolescentes y su novio. Trabaja alternativamente en España y en Francia, donde es, por lo menos, tan conocida como aquí. Por eso le ocurren allí cosas como la de esta noche: que la llevan a un plató de televisión para recibir una serie de sorpresas. Y entre ellas, una muy especial: el brazo tendido de uno de los hombres más importantes de su vida profesional, Vicente Aranda.

"Le hicieron una entrevista sobre mí", recuerda Victoria. "Él decía que hacía siete años que no nos veíamos, que era una pena… Ahí estaba, en la pantalla, rascándose la cabeza, como diciendo que me echaba de menos. Entonces cogí el teléfono y le dije: 'Vicente, qué cosas más lindas y más bonitas me has dicho". "Vino a mi casa un equipo de la televisión francesa", recuerda el director, "y me pidieron que hablara de ella. Yo les dije que me encanta Victoria. Que tuvimos un problema, pero que ya ni me acordaba. La quiero mucho, es una mujer increíble".

Así que se reconciliaron. Y Vicente le contó en qué película andaba metido. Un proyecto que ella recordaba bien. Aquella novela de caballería valenciana que el director tenía en mente desde antes de que se conocieran. Por fin había encontrado productores dispuestos a financiar la aventura. Habían pasado treinta años, y ella, evidentemente, ya no podía hacer de Carmesina, la heredera adolescente del imperio de Bizancio. Pero estaba el personaje de La Viuda Reposada, la madre de leche y consejera de la princesa. Una atractiva mujer de unos cuarenta años. Y Victoria aceptó. No iba a faltar la musa precisamente en este proyecto del director.

Vicente y Leonor. Pero "el papel más importante de la película", en palabras de Aranda, estaba aún por adjudicarse. Y ahí es donde entra Leonor Watling. "Yo ya la había hecho pruebas para Juana la Loca y para Carmen", cuenta el director. "Pero en ambos casos las pruebas fueron mal. Además, por razones muy elementales: se le dieron unas líneas de diálogo y no se las sabía. Después yo veía sus películas y siempre estaba fenomenal. Y llegué a pensar que sencillamente era una de esas personas que tienen una buena relación con la cámara, lo cual ocurre a veces".

El caso es que en esta ocasión Vicente Aranda confió en Leonor y descubrió, dice, "una gran actriz". "Tiene un talento enorme, es disciplinada, muy cariñosa, y hace que el trabajo sea agradable para los demás". Sus elogios no se ciñen a su faceta de actriz: "Es que además canta fenomenal", prosigue el director. "Yo no sé si le puede perjudicar el hacer tantas cosas bien. Leonor nos puede dejar en cualquier momento por el mundo de la música, y yo lo lamentaría, porque es una actriz como la copa de un pino".Leonor aceptó el papel de Placerdemivida. Y el hecho de que estuviera Victoria Abril en el reparto fue una razón de peso. "Nunca habíamos trabajado juntas, y yo en parte quise hacer la película porque estaba ella", recuerda Leonor. "Me parece una actriz increíble. Siempre me había gustado mucho y me hacía ilusión conocerla. Es de esos nombres que están en tu cabeza desde siempre. Además, todo el mundo estaba intrigado por ver cómo iba a ser que Victoria y Vicente estuvieran juntos otra vez. Resultó que los mejores días de rodaje fueron cuando estaba, porque le conoce mucho y Vicente se quedaba muy tranquilo de repente".

Victoria Abril, Leonor Watling, Ingrid Rubio, Rafael Amargo… El reparto se iba cerrando y un año y medio después, en marzo de 2005, comenzaba el rodaje de Tirante el Blanco. Un azaroso rodaje, como azarosa fue la vida del autor de aquella monumental novela de caballerías.

Joanot y Joan. Joanot Martorell, segundo de los siete hijos del caballero Francesc Martorell y de Damiata de Monpalau, nació probablemente en Gandía en 1413 o 1414 y murió soltero y sin descendencia en 1468. Se sabe que fue armado caballero y que era un hombre pendenciero y agresivo. En su vida tuvo algún que otro conflicto caballeresco, como el que inició el 12 de mayo de 1437 con una carta en la que requería batalla a muerte a su primo Joan de Monpalau por haber roto el juramento de casarse con su hermana después de desvirgarla.

El conflicto está documentado en un impagable intercambio epistolar que se conserva en los archivos valencianos. Martorell y Monpalau acuerdan luchar a caballo, armados con lanzas de más de tres metros, y dos espadas cada uno, de seis y de cuatro palmos, respectivamente. La correspondencia entre los dos caballeros abarcó muchos años, sobre todo por la larga discusión acerca del plazo de que dispone Martorell para encontrar juez. Finalmente no hubo que llegar a las manos y parece que el asunto se zanjó con una indemnización económica (cuatro mil florines) a la pobre hermana, que se quedó soltera.

Pero entre carta y carta, en los años que van de 1460 a 1466 (unos 140 años antes de El Quijote), Joanot Martorell tuvo tiempo para escribir Tirante el Blanco. Un libro que narra las aventuras del caballero Tirante en su lucha por liberar Constantinopla de los turcos. "Una novela total", en palabras del escritor Mario Vargas Llosa.

El director y el caballero. También a Vicente Aranda le gusta Tirante el Blanco. "Pienso que la novela contiene elementos vanguardistas", explica. "Es una obra que podría haber marcado la literatura universal. Y desde luego ha influido mucho en mi cine".

Llevar la novela a las pantallas no era labor fácil. "La dificultad principal de la película, la razón por la que no he podido hacerla hasta ahora, es el coste", explica Aranda. "Es difícil de asumir en este país. Yo he preferido no intentar abarcar la obra entera, sino limitarme a una parte, la del complot de las mujeres".

Aun así, el rodaje no estuvo exento de complicaciones. De entrada, no se rodó en Estambul, donde transcurre la acción en la novela, sino en Sicilia, lo cual no gustó al director. "Hay una regla en el cine que es no cambiar de caballo en medio del río, y a mí me lo cambiaron", asegura. "Me cambiaron Estambul por Sicilia, y la película transcurre en Constantinopla (que hoy es Estambul). Yo conocía la ciudad, había rodado allí La pasión turca [1994], e incluso llegamos a viajar allí a localizar. Pero en mitad de todo eso me dijeron que íbamos a Sicilia, y aún no me han explicado por qué. En fin, debo ir con cuidado, porque tengo fama de conflictivo con los productores".

Tom Waits y Jobim. Palermo, Sicilia, junio de 2005. Victoria Abril y Leonor Watling matan el rato juntas en las esperas del rodaje de Tirante el Blanco. Victoria está a punto de terminar la grabación de Putcheros de Brasil, su primer disco, una colección de 10 versiones de bossa nova. Leonor va ya por el segundo disco de Marlango, su grupo, que toma su nombre de Suzie Marlango, un personaje citado en la introducción de un tema en un disco en directo de Tom Waits.

"Leonor y yo nos hemos encontrado y conocido en la película, que ha sido larga", explica Victoria. "Yo no tenía una imagen formada de ella. La había visto en la película de Pedro [Almodóvar Hable con ella] y poquito más. Yo estaba haciendo mi primer disco, y Leonor y yo rellenábamos el tiempo de espera pensando, hablando de mi nueva carrera como cantante y de la suya, ya empezadita, y dándome un montón de consejos. Buenos consejos, por cierto. En realidad, el nuestro ha sido un enganche más musical".

Leonor le contaría, por ejemplo, que al principio le costaba tocar en directo "por esa sensación que tenía de estar pagando un peaje". "Es como si actuara en directo para que la gente viera que estaba cantando yo", explica. "Había un poco de eso al principio. Hoy día hay mil máquinas, puedes no cantar tú perfectamente. Desde el principio nosotros queríamos que esto no fuese sólo Leonor que canta. Y para eso lo único que hay es trabajo y tiempo".

En el caso de Victoria, el disco es consecuencia del resultado de los números musicales de la película Sin noticias de Dios (2001). "Me quedé muy contenta", explica, "y vi que era capaz de hacerlo. Me dije: 'niña, quítate ya ese sueño de encima, esa frustración'. Siempre me ha apetecido, pero todo eso de la actriz que canta me frenaba. Además había tenido malas experiencias musicales en las que yo no controlaba nada. Para hacer mierda, me dije, yo no canto. Hasta que llegó Sin noticias de Dios. El cine fue el detonador de Putcheros do Brasil. Pero la música no es como el cine, que acabas, te quitas la peluca y ya está. La música te sigue allá donde estés. En el transporte, en casa, comiendo, follando; la música no te deja. Hasta que no lo has resuelto, no tienes hijos, no tienes novio, no hay vida, ni periódicos, ni realidad. Nada".

La bossa nova se coló en la vida de Victoria a los 10 años. "Yo estudiaba ballet clásico y un día me llegaron unos amigos con una cinta de Antonio Carlos Jobim", cuenta. "Y me dije: '¿qué es esta música que parece hecha para mí?'. La bossa me ha gustado siempre porque tiene dos ingredientes que juntos me matan: delicadeza y profundidad".

La actriz está encantada con su nueva carrera: "Cuando cumples 40 años hay pocos papeles de rompe y rasga. Entonces, justo en ese momento en que el cine te sienta en el banquillo, te pones a hacer conciertos y es un chute de energía". Por el momento no planea reducir la velocidad: "Hay que descansar poco, que yo no tengo ya edad para dormirme en los laureles. A lo mejor tengo el coraje de meterle ya mano a un disco con mis propias canciones. Hay de todo. Se llamará Interlocal. Se entiende, ¿no? Son mis cosas, mis carnés de viaje, en todos los idiomas. Quizá sea capaz de hacerlo ahora que ya he grabado uno. El que hace un cesto hace tres".

Marlango también tiene nuevas canciones. Unas diecisiete, según Leonor. "Las iremos tocando en directo y se irá cayendo alguna", asegura. "No paramos nunca. El ritmo sólo está marcado por las ganas que tengamos. De momento, a disfrutar de los conciertos. Y puede que en septiembre nos metamos de nuevo a grabar, si yo no tengo ninguna película". Las dos actrices cantantes (o cantantes actrices), nacidas ambas en un mes de julio, una 16 años antes que la otra, seguirán sus respectivos caminos. Y puede que algún día vuelvan a cruzarse. Vicente Aranda, el que las juntó por primera vez, lo tiene claro: "Yo, entre Leonor y Victoria, haría todas las películas de mi vida".

'Tirante el Blanco', de Vicente Aranda, se proyecta en cines de toda España. www.tirant-lo-blanc.com.

Unidas por 'Tirante el blanco', la nueva polícula de Vicente Aranda, Leonor Watling y Victoria Abril aúnan esfuerzos creativos para crear una obra maestra.
Unidas por 'Tirante el blanco', la nueva polícula de Vicente Aranda, Leonor Watling y Victoria Abril aúnan esfuerzos creativos para crear una obra maestra.JERÓNIMO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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