Gonzalo Suárez recupera las crónicas de su 'alter ego' Martín Girard
Un espía futbolístico que por azar se convierte en reportero. Por rocambolesco que suene, así fue como surgieron las crónicas, informaciones, entrevistas y reportajes que, bajo el nombre supuesto de Martín Girard, Gonzalo Suárez publicó en Barcelona entre 1961 y 1964. El cineasta y novelista ha seleccionado y anotado parte de aquel material y, con un prólogo de Eduardo Mendoza, lo ha reunido en La suela de mis zapatos (Seix Barral). "He entrado en el libro en tiempo presente. Al final, quedé abducido y ya no distinguía entre esas entrevistas y el tiempo actual", afirmó el autor hace unos días en la presentación del libro en Madrid.
El dictador cubano Fulgencio Batista y los cineastas Luis Buñuel y Fernando Fernán-Gómez fueron algunos de los personajes a los que el reportero con falso nombre planteó sus incisivas preguntas. El Noticiero Universal o el semanario Dicen fueron algunos de los medios en los que publicó sucesos de madrugada, partidos de fútbol, combates de boxeo y hasta un reportaje de un viaje por España sin dinero -"eso fue una idiotez, porque, llevado de ese afán quijotesco, lo hice de verdad"-.
Falso nombre
El seudónimo surgió el día en que Gonzalo Suárez realizó su primera entrevista al técnico del Inter de Milán y segundo esposo de su madre, Helenio Herrera, "el más famoso, odiado y admirado entrenador" de aquella época, según recuerda Suárez al comienzo del libro. "Sentí pudor por la relación familiar y por los trabajos que hacía para el equipo como espía futbolístico y por eso busqué otro nombre. Tomé el apellido de mi mujer y recordé que un amigo en la facultad un día me dijo que Martín era un buen nombre para un periodista".
Tal y como escribe Mendoza en el prólogo, aquel Martín Girard fue un claro precursor del nuevo periodismo aun sin saberlo. "Escribía las cosas como un relato. Yo empezaba el día contando lo que me pasaba a mí, contaba la peripecia, sin faltar a la verdad, porque esto me parecía lo más fidedigno", explica Suárez. En sus crónicas hablaba de su "café con croissant" -"esto enfadaba mucho"- y describía con minuciosidad todo tipo de detalles. "Los directores siempre me defendieron", apunta. A pesar de ello, algunas frases le fueron cortadas o cambiadas y para la edición del nuevo libro ha recuperado muchos de los textos originales.
Entre sus influencias como reportero, Suárez cita a dos grandes de la novela negra, Dashiell Hammett y Raymond Chandler. "El periodismo me permitía aceptar la realidad con el subterfugio de jugar a detective", asegura.
Un día, Suárez decidió matar a Girard, como explica en La suela de mis zapatos. Antecedente directo del personaje de su novela Ditirambo, a Girard le debe "el estilo", pero al cabo de unos años pensó que la ficción le acercaría más a la realidad. "Apliqué el sentido inverso".
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