El Evangelio de Judas
Recuperado un manuscrito escrito hace 1.700 años por una corriente herética y que relata que Judas cumplió un encargo de Jesús
Su nombre es el Evangelio de Judas y fue escrito en copto por una secta herética, denominada los gnósticos, hace más de 1.700 años. Ayer, tras un laborioso trabajo de autentificación y traducción ese manuscrito, formado por trece planchas de papiro antiquisímo (26 páginas) halladas en una tumba egipcia y que hasta ahora representaban un misterio casi bíblico, fueron presentadas al mundo por National Geographic en Washington. El escrito, al que le esperan ríos de tinta y especulación, presenta, de acuerdo con doctrinas gnósticas, al mayor traidor de la historia como el discípulo favorito de Jesucristo, elegido para una misión divina. Su traición era, en realidad, un encargo de salvación. Teólogos e historiadores debaten ahora las consecuencias de esta perspectiva inédita.
"Serás mejor que los demás discípulos porque sacrificarás el cuerpo del que estoy revestido"
"Serás mejor que todos los demás", le dice Jesús a Judas al hablar de sus discípulos, "porque sacrificarás el cuerpo de hombre del que estoy revestido". Al ayudar a Jesús a desprenderse de su físico humano, permite la liberación del ser divino.
Para llegar a este momento central en el Evangelio de Judas, la Fundación National Geographic ha invertido cientos de miles de dólares en un proceso que ha unido a paleontólogos, restauradores, arqueólogos, académicos y traductores en la recuperación de un documento cuya historia parece sacada de una película de Indiana Jones.
Hace más de 30 años, unos campesinos encontraron unos papiros enterrados cerca de El Minya, en Egipto. A finales de la década de los 70, los escritos acabaron en manos de un anticuario egipcio en El Cairo. Después de intentar venderlos en Suiza, el anticuario los trasladó a Nueva York y no consiguió encontrar un comprador por el mal estado de los documentos y el precio elevado de la venta. En 1984, por desinterés o por desidia, metió los retazos en una caja de cartón y los depositó en un banco de Nueva York. Allí permanecieron durante 16 años.
Los documentos acabaron finalmente en poder de la Maecenas Foundation for Ancient Art de Basel (Suiza), que después trasladó a National Geographic el trabajo de restauración e interpretación. De manera simultánea a la presentación de ayer, esta institución ha publicado la traducción al inglés de los textos y emitirá un documental.
Según Terry Garcia, vicepresidente de National Geographic, los papiros estaban en unas condiciones límite: "Nos notificaron su existencia hace dos años y medio, y si no hubiéramos actuado inmediatamente, se habrían convertido en polvo", aseguró.
Las pruebas de carbono 14 y los exámenes con radiación confirmaron que los escritos databan de una época consistente con su contenido, entre los años 220 y 340, una fecha que se corresponde con los años de redacción de otros textos similares.
Según Gregor Wurst, profesor de teología en la Universidad de Augsburg (Alemania) y uno de los traductores del copto original, el texto que se ha podido recomponer gracias a los 1.000 fragmentos recuperados "proporcionan un relato aún más fascinante de lo que se puede imaginar". Judas queda retratado como "el único al que se le había comunicado todo".
El documento es un texto breve con un 20% de pasajes perdidos. En él se relata la relación especial entre Jesús y Judas y se presenta la traición como un encargo que para Judas es también un sacrificio. "Serás maldecido durante generaciones", le advierte Jesucristo al pedirle, refiriéndose a los apóstoles: "Sepárate de los otros y te mostraré los misterios del reino. Los alcanzarás, pero sufrirás".
Junto a los científicos e historiadores estaba -con sotana- Donald Senior, presidente de la Unión de Teólogos Católicos y miembro de la Comisión Bíblica Pontifical por nombramiento de Juan Pablo II. Senior habló de los documentos como un punto de partida para un nuevo debate teológico sobre la figura de Judas y reconoció que "sólo Dios sabe lo que dirán los sacerdotes este fin de semana en la iglesias". Senior vaticinó que el impacto de este descubrimiento en las mentes de los creyentes cristianos será mínimo. "Y si me equivoco", dijo, "que Judas me perdone".
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