'El viaje de Carol' y 'Tiovivo c. 1950'

Una película ambientada en la Guerra Civil, El viaje de Carol, de Imanol Uribe, y otra en la posguerra de los años cincuenta, Tiovivo c. 1950, de José Luis Garci, coinciden esta semana en la colección Cine en Español. El viaje de Carol recibió un premio en el Festival de Berlín de 2003, obtuvo tres candidaturas a los premios Goya y fue seleccionada para el Premio de las Américas en el Festival de Montreal, mientras que Tiovivo c. 1950 fue designada para cinco candidaturas a los premios Goya de 2005, alzándose con el premio a la mejor dirección artística para Gil Parrondo. Imanol Uribe contempló la España de 1938 a través de los ojos de una adolescente, y José Luis Garci recordó los duros años de posguerra con nostalgia y calor.

Pero El viaje de Carol no es una película de guerra, como precisó Ángel Fernández Santos: "Es el relato cruel y tierno, con alguna vibración mágica, algún destello de horror y dos o tres brotes duros y súbitos de negrura histórica, del paso de una edad a otra y de la busca de las raíces de una identidad que asoma, por una niña que comienza a sentir que se hace mujer". Alberto Bermejo coincidía en El Mundo con esta apreciación: "Uribe y su coguionista García Roldán han urdido un eficaz melodrama intimista que se articula sobre una mirada inocente, más pegado a los vaivenes sentimentales de los personajes que a la realidad histórica en la que transcurre". Carmen L. Lobo opinó en La Razón que El viaje de Carol es "una película para ver con el corazón: Uribe consigue captar instantes únicos (...) con impecables maneras narrativas, y en este sentido creo que es su mejor película hasta la fecha", lo que Méndez-Leite amplió desde Fotogramas: "Es una bonita historia de iniciación tan bien rodada como es habitual en Uribe (...), un cuento sobre el descubrimiento del amor y la amistad, pero también de la maldad y el dolor, de la necesidad del afecto y de la angustia de la ausencia". Carol (la joven Clara Lago, toda una revelación) es hija de una española (María Barranco) y de un piloto norteamericano enrolado en las Brigadas Internacionales. Clara llega a España en plena Guerra Civil, "y crece deprisa, descubriéndose a sí misma, a los amigos y al amor (Juan José Ballesta), enfrentándose a una sociedad ajena donde se tolera mal la rebeldía", en síntesis de Inma Garrido en Cinemanía. Para Fernández Santos, en esta película "hay elegancia, buen gusto, inteligencia y olfato novelesco de buena estirpe melodramática".

Tiovivo c. 1950, en línea con La colmena, de Cela, es un fresco social que Rodríguez Merchante en Abc prefería definir como "un cóctel de momentos en el interior de Madrid de los años cincuenta. La cara oculta de la alfombra: hilos, trazos, manchas, jirones, momentos en el trastero de una ciudad que no se ve pero que se presiente...". Es un filme coral "en el que Garci entrecruza historias y personajes con un denominador común: la supervivencia en tiempos inclementes", en opinión de Bonet Mojica en La Vanguardia: "Tiovivo c. 1950 revive un mundo que no se encuentra en Internet, sino sólo en libros o en una película tan ejemplar como ésta".

"Lo más importante de Tiovivo c. 1950 es, sin duda, su reparto", según escribió Juan Pando en El Mundo: "Un batallón de 80 talentos con los que Garci, guionista de la cinta junto a su habitual Horacio Valcárcel, recupera tipos, situaciones y lugares de aquel viejo Madrid de los años cincuenta que se esforzaba por superar las secuelas de la Guerra Civil. Una época de estraperlistas, poetas en busca de gloria, mutilados, excombatientes, censura, tertulias y cafés en los que engañar al hambre y el frío...".

Mientras Francisco Marinero opinó que en la película hay una "sobredosis de nostalgia", y Nuria Vidal que se pierde en "demasiadas subtramas que le hacen olvidar el centro", Rodríguez Merchante aseguraba que "si alguien quiere pensar que Tiovivo c. 1950 es la mejor película que ha hecho Garci, tendrá motivos y argumentos para ello; en todo caso, está llena, rebosante, de esos arranques de película y desenlaces sublimes que él siempre suele buscar como espectador".