Redondeo al cuadrado

Demasiados años ha tenido que soportar el consumidor español la intolerable práctica de pagar por servicios que no recibía. Actos tan habituales como aparcar el coche, hacer una llamada con el teléfono móvil o pagar una hipoteca han sido reos del redondeo al alza. Nadie ha calculado el dinero que ha generado esta malsana práctica en España, pero basta un dato para percibir su inmensa rentabilidad: sólo en 2004, las compañías de telefonía móvil ganaron gracias a ella 1.385 millones de euros (el 17% del tiempo consumido).

Frente a esta situación, el Gobierno ha aprobado el proyecto de Ley de Mejora de la Protección de los Consumidores y Usuarios. Su principal atractivo consiste en acabar con el redondeo en el cobro de servicios y en prohibir abusos como las comisiones adicionales. Cuando la norma entre en vigor, los aparcamientos tendrán que cobrar por minuto de estancia, y la telefonía móvil, por segundos. Se trata no sólo de ayudar al eslabón más débil, como dice el Gobierno, sino de restablecer algo tan básico en la economía de mercado como pagar por el servicio que se usa, ni un euro más ni menos.

La futura normativa, que aún ha de superar los trámites parlamentarios, también obligará a que los requisitos para darse de baja en un servicio sean iguales a los requeridos para el alta (un agravio muy extendido y que en la práctica hacía desistir a muchos usuarios de abandonar un mal contrato). Asimismo, prohíbe que el promotor de una vivienda obligue al comprador a subrogarse en la hipoteca o imponerle el pago de las conexiones a los suministros generales, como el agua o el gas. Todo ello ha sido aplaudido por las asociaciones de consumidores, pero rápidamente ha encontrado su vuelta de hoja de la mano de las compañías telefónicas, que ya ofrecen planes ventajosos a los clientes que incluyen el redondeo a cambio de otras ventajas.