El héroe en el ocaso

Eliseo Subiela está ausente de nuestras pantallas desde hace cierto tiempo. Tal vez su, digamos, estética no interese al actual espectador cinematográfico, tal vez su sensibilidad ya no conecta con quienes vamos al cine, pero lo cierto es que le hemos perdido un tanto la pista, de ahí la relativa sorpresa de esta comparecencia, con una historia que amenaza ruina al menos en su primera mitad (ya saben, señor cincuentón que quiere vivir un último, convulso, amor con una joven: todo un clásico), pero que, sorprendentemente, emprende la buena senda hacia su conclusión.

Bien sea porque le debamos a la coguionista, Alicia Rosendorn, un más aquilatado dibujo de los personajes femeninos, bien porque el director se ha situado en un plano más terrenal con respecto a sus criaturas anteriores, lo cierto es que uno termina perdonándole al filme algunos de sus excesos y admirando que, contra pronóstico, la historia no se recree más de lo necesario en los anhelos de su protagonista masculino y acabe como sensatamente debe... mucho más de lo que habitualmente nos tiene acostumbrados el realizador argentino.