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Un edificio de 1878 en desuso desde hace casi tres décadas

El Palacio de Aiete fue construido en 1878 por los duques de Bailén en un recinto ajardinado de siete hectáreas y media de extensión. El Ayuntamiento donostiarra adquirió la finca en 1940 y se la ofreció al dictador Francisco Franco, quien la convirtió en su residencia de verano.

En 1977, dos años después de la muerte del general, el consistorio abrió los jardines al público y realizó algunas reformas en el palacio. A mediados de los ochenta, encargó la redecoración del inmueble, donde se conservan algunos muebles de la época de los duques de Bailén, pero el caso es que durante casi tres décadas, el inmueble sólo ha abierto sus puertas para albergar reuniones esporádicas relacionadas con temas municipales o para facilitar la grabación de alguna que otra película.

Así las cosas, el alcalde, Odón Elorza, propuso hace casi tres años crear en el palacio un instituto de derechos humanos. El pasado ejercicio sumó a esta iniciativa la idea de construir una casa de cultura semisubterránea en los jardines traseros del edificio y encargó un proyecto básico. El plan sólo cuenta en este momento con el apoyo incondicional de EB, su socio en un gobierno en minoría.

Entre los grupos de la oposición, el PP siempre ha defendido convertir el palacio en un parador. EA también ha abogado por darle un uso turístico. El PNV, en principio, no veía con malos ojos la idea de Elorza, aunque en su día aseguró que él la había presentado primero. Con el paso de los meses, el grupo nacionalista matizó que sólo daría luz verde al proyecto si se conservaba el mobiliario original.

Más de un centenar de ciudadanos también mostraron su preocupación por el posible desmantelamiento de un edificio al que atribuyen un importante peso histórico, así como por los posibles daños en el jardín.

Cuidado del jardín

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El alcalde sostiene que su proyecto resulta respetuoso con el edificio y el mobiliario de valor que contiene. Y asegura que "cuida" la parte del jardín donde iría la casa de cultura. El Ayuntamiento catalogó voluntariamente hace tiempo el palacio y sus jardines en el Plan General de Ordenación Urbana con el grado uno de protección, pese a no estar declarado como bien cultural calificado por el Gobierno.

El consistorio defiende, en todo caso, que sólo la parte delantera de los jardines, diseñada por Pierre Ducasse, tiene verdadero valor, pues la trasera, dice, ha sufrido modificaciones. La Diputación emitió un primer informe, según el Ayuntamiento no vinculante, que calificaba de "agresiva" la intervención prevista. Ahora está pendiente de dar a conocer otro, éste sí vinculante.

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