Tradición
Fieles a la tradición del viejo rockabilly, el ex batería de los Stray Cats ofreció, junto a dos socios musicales, una actuación vibrante en la que el añejo swing se adueñó del tempo de todos los temas. Género que sobrevive al bombardeo de nuevos sonidos que ha caído sobre la música popular en los últimos cincuenta años, el rock más clásico debe esa supervivencia a músicos que se obstinan en detener el tiempo justo antes de que Elvis se fuera a la mili y el rock perdiera la ingenuidad más adolescente.
Músicos extraordinarios como Slim Jim Phantom, que aporrea su esquemática batería con dinamismo. O como el contrabajista Huey Moor, siempre en su papel de catalizador de las frecuencias más graves del ritmo con un contrabajo que va marcando pasos de baile. Finalmente, con un guitarrista y cantante que, pese a estar lejos del talento de Brian Setzer, tocó con convicción y cantó estupendamente. El repertorio lo componían los temas del disco Kat men, pero lo mejor llegó cuando el trío se lanzó a versionear a los dioses del Olimpo rockero -Elvis, Gene Vincent o Eddie Cochran- y cuando fueron cayendo los viejos temas de Stray Cats.
Slim Jim Phantom
Slim Jim Phanton (batería y coros), Darrel Higham (guitarra y voz) y Huey Moor (contrabajo y coros). Sala Gruta 77. 20 euros. Madrid, domingo 26 de marzo.
En cuanto al público, una vez más aparecieron rockeros ataviados con chupa de cuero y tupé; público que habitualmente no suele asistir a conciertos como no sean de su palo. Alguien entre el público comentaba que todo era un poco como una visita a un museo. Pero es que los museos y determinadas tradiciones pueden seguir siendo divertidos.
Babelia
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