Sondeos a pie de urna dan la victoria en Ucrania a la oposición prorrusa
El partido de Víctor Yúshenko, líder de la 'revolución naranja', queda en tercer lugar
Ucrania votó ayer por primera vez en unas elecciones parlamentarias desde la revolución naranja, y las encuestas a pie de urna indicaban que el partido Regiones, dirigido por el ex primer ministro Víctor Yanukóvich, se había situado en primer lugar con más del 33% de los votos, seguido del bloque de Yulia Timoshenko, con un 22,72%, y de Nuestra Ucrania, el partido del presidente, Víctor Yúshenko, que está encabezado por Yuri Yejanúrov, el actual primer ministro, con el 13,53%. Los porcentajes mencionados proceden de un pronóstico basado en tres encuestas de centros ucranios, que fue divulgado por televisión después de cerrarse las urnas a las diez de la noche (a las nueve en España).
A estas tres fuerzas les siguen, siempre según los sondeos a pie de urna, los socialistas de Alexandr Moroz, con 5,37%; los comunistas, con 3,46% y el bloque de la radical de izquierdas de Natalia Vitrenko, con 3,35%. El jefe del Parlamento, Vladímir Litvin, se quedó en un 2,66%. Para entrar en el Parlamento se necesitaba superar el listón del 3%. Todavía es pronto para sacar conclusiones, pero la principal sorpresa de los sondeos a pie de urna es la baja puntuación obtenida por Yúshenko y la gran ventaja que le lleva Timoshenko, sin duda la política más carismática de Ucrania, ya que su gran capital electoral es su propia capacidad de convicción y no su identificación con una región o unos intereses económicos, como en el caso de Yanukóvich.
Dadas las dificultades técnicas del recuento, se espera que los primeros resultados provisionales comiencen a conocerse hoy. Los tanteos entre las fuerzas políticas han discurrido en paralelo a la campaña y a las votaciones, por lo que la principal incógnita anoche, era el tipo de coalición que surgirá de estos comicios en los que tenían derecho a votar 37 millones de electores y participaban 45 formaciones. El jefe de la comisión electoral central, Yaroslav Davídovich, dijo que la participación había superado el 60% a las 20.00 y que la actividad era mayor que en las anteriores legislativas en 2002. Afirmó también que no había irregularidades sistemáticas, aunque los partidos se quejaban de incidencias en diversos colegios.
Muchos analistas ucranios coinciden en la necesidad de formar un Gobierno de amplia coalición, que pueda afrontar las reformas pendientes que tiene el país, incluida la costosa modernización de su sistema energético, pero llevar a la práctica este postulado es mucho más arduo que teorizar sobre él, dadas las ambiciones de los líderes y los diferentes proyectos nacionales encarnados por los naranja, que se orientan hacia Occidente, y los azules de Regiones, que se orientan hacia Rusia o a constituirse como un puente entre el vecino oriental y Occidente. En principio nada podía ser excluido, ni siquiera una gran coalición arco iris, que dejara fuera sólo a una oposición testimonial.
Los partidarios de Yúshenko están escindidos entre los que desean una alianza con el gran capital y la industria del Este, representada por Regiones, y los que creen que debe conservarse el espíritu naranja y aglutinar a las fuerzas que salieron al Maidán (la plaza de la Independencia) y las que se gestaron en él, como el grupo Porá.
Tras votar en compañía de toda su familia en el colegio número 1 de Kiev, Yúshenko, anunció que hoy mismo comenzarán en su secretaría las consultas para formar una coalición con las fuerzas de la revolución naranja (producida en noviembre de 2004) y que trataría de atraer al mayor número posible de fuerzas democráticas. "Sin duda se valorarán algunas variantes para formar la coalición", dijo el presidente, cuyas palabras eran interpretadas como una intención de considerar en primera instancia la opción naranja-naranja, es decir de dar prioridad a los herederos del Maidán, y, sólo si no se llega a un acuerdo, pasar a otras opciones. No hay que excluir tampoco la posibilidad de que Regiones haga una oferta al jefe del partido socialista, para una coalición que excluya a los naranja; sin embargo es difícil que esta fuerza la acepten sin conversar primero con Yúshenko.
Medios del grupo Regiones se mostraban ayer convencidos de que Yúshenko lo intentaría todo para no pactar con ellos. Al colocarse por encima de Yúshenko, es probable que Timoshenko exija formar Gobierno. El duelo entre Nuestra Ucrania y el bloque de Timoshenko es en realidad una pugna por la herencia de la revolución. La Juana de Arco de la revolución naranja tiene admiradores incondicionales, pero también enemigos acérrimos. Timoshenko, que hizo negocios en el sector energético en el pasado, conoce como nadie los entresijos del sistema, y la determinación y radicalismo con que ejerció su cargo de primer ministro asustan a muchos políticos ucranios que se caracterizan por su pragmatismo y capacidad de adaptación y que ven las posturas intransigentes como muestras de fanatismo o anormalidad.
Yejanúrov se pronunció por elevar el listón actual, de un 3%, a un 5% o un 7%. El jefe de Gobierno opinó que en cinco años el sistema de partidos estará suficientemente estructurado como para dar ese paso. Las elecciones de ayer fueron la primera gran práctica democrática de Ucrania tras las accidentadas elecciones presidenciales de 2004. Desde entonces se han hecho muchos esfuerzos por asegurar unas elecciones transparentes.
SORPRESA EN LAS LEGISLATIVAS
- El buen resultado de la ex primera ministra Yulia Timoshenko es la mayor sorpresa de las elecciones
- Muchos analistas desean un Gobierno de amplia coalición
- Los partidarios del presidente Yúshenko están divididos sobre sus posibles socios de Gobierno
- La participación superaba el 60% a las ocho de la tarde, más que en las elecciones de 2002
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