Una 'Manon' minimalista
Hay óperas que aguantan bien la época y el escenario ideados en origen por sus autores. Manon es una de ellas, entre otras cosas porque Massenet -un orquestador a veces exquisito- los glosa en su música, los usa como uno de sus ejes. La historia, trasladada a nuestros días como hace Alain Garichot, es poco creíble -lo fue y mucho en su tiempo-, pero su propuesta no molesta. Es un poco absurda al principio, con un estatismo impropio, y juega a un minimalismo no siempre procedente, pero va creciendo poco a poco, se resuelve bien en el cuarto acto y se reduce en el último a una esencialidad de líneas que obvia los porqués de la situación. Ya puestos, podía haber ido mucho más lejos, pero ha preferido quedarse más acá y no ofender a nadie.
Manon
De Massenet. Arteta, Very, Frontal, Parodi, Ubieta, Mansilla, Davidova, Moncloa. Coro de Ópera de Bilbao. Orquesta Sinfónica de Szeged. Escenografía: Rudy Sabounghi. Vestuario: Claude Masson. Director musical: Yves Abel. Director de escena: Alain Garichot. Producción del Grand Théâtre de Ginebra. Temporada de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera. Palacio Euskalduna. Bilbao, 25 de marzo.
El triunfador de la función fue sin duda el director de orquesta Yves Abel, un maestro de experiencia probada en los mejores teatros, que ama la partitura, la entiende de maravilla, sabe subrayar su elegancia y esos detalles tan massenetianos que siempre redimen a un compositor del que estamos condenados a ver sólo Manon o Werther cuando tiene una obra maestra absoluta arrumbada en el olvido: Cherubin. La Sinfónica de Szeged es una proba formación húngara que no está nada mal y cumplió a satisfacción a las órdenes de su excelente batuta. Bien el coro, que ha crecido con la temporada.
Entre las voces destacó claramente una Ainhoa Arteta en muy buena forma, de excelente presencia escénica a la que, sin embargo, cabe reprocharle un canto a veces poco refinado, sin los matices necesarios a cada situación, como si el importante cuerpo vocal fuera muy por delante de la expresión, de modo que su Manon no evoluciona con su drama. Raymond Very -Des Grieux- es un tenor poco interesante, de color indefinido y expresión un tanto monocorde. José Julián Frontal caracterizó mejor que cantó su Lescaut, como Giovanni Batista Parodi su Conte des Grieux y el veteranísimo Ricardo Casinelli su Guillot de Morfontaine. Marco Moncloa fue un eficaz Monsieur de Bretigny y las tres cortesanas estuvieron muy bien resueltas por Marta Ubieta, Angélica Mansilla y Tatiana Davidova.
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