La envoltura internacional

El proceso de paz en el País Vasco contará, como otros procesos anteriores de pacificación, en otros países del mundo, con una fuerte "envoltura" internacional, buscada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y aceptada por los otros interlocutores. El apoyo público internacional fortalece los procesos de paz, y la envoltura de mediadores también internacionales, especializados en este tipo de diálogos, permite asegurar acuerdos parciales que sin su intervención tendrían menos credibilidad.

Una de las características más novedosas del comunicado de ETA, hecho público el pasado miércoles, es que refleja con cuidado contactos previos: se evitan determinadas palabras y conceptos. Otra novedad es que incluye una interpelación directa al Gobierno. La respuesta inicial parece también conocida: se reconoce que el proceso queda abierto, pero se insiste en que hacen falta más pasos por parte de ETA para poder avanzar.

En el PP algunos creen que el proceso no prosperará y otros dicen que no se deben quedar fuera. Todo depende de cómo valore Rajoy su entrevista del martes

Aunque todavía sea precipitado hablar de calendarios, ni tan siquiera de ritmos de negociación, sí parece claro que todo el proceso tiene una "parada" y una fecha obligada: mayo de 2007, en que se celebrarán las próximas elecciones municipales y en las que es de suponer que Batasuna, o su equivalente, debería poder presentarse, como un elemento muy importante de la negociación. Pero para "llegar" a tiempo sería necesario que antes quedara perfectamente claro, establecido y garantizado que el alto el fuego no sólo es permanente, sino también definitivo. Y eso es, precisamente, para lo que mejor sirven las "envolturas" internacionales, para garantizar el cese definitivo de actividades violentas de una organización determinada.

La participación internacional puede ayudar también a recomponer el papel de la oposición dentro de la propia España. La postura del Partido Popular quedará probablemente más clara después de la entrevista que mantendrán pasado mañana, martes, el presidente del Gobierno y Mariano Rajoy. "Es imposible que tengamos posición sobre muchos aspectos de este proceso, incluida la presencia de mediadores internacionales, porque todavía no sabemos absolutamente nada de lo que ha ocurrido o va a ocurrir. No sabemos lo que sabe el Gobierno ni los pasos que se han dado ni los que se van a dar", asegura un dirigente nacional del PP. Reconoce, sin embargo, que el ofrecimiento de colaboración e información realizado por Rodríguez Zapatero ante el pleno del Congreso la semana pasada fue "importante".

"Muchos queríamos ver si la intervención del presidente del Gobierno iba a ser la enésima ocasión para el desencuentro entre los dos partidos y comprobamos que no era así", explica un destacado diputado popular que participa en tareas de dirección. Asegura que, en su opinión, Rajoy fue muy cauto, "pero dejó abierta la posibilidad de dar apoyo al Gobierno". Zapatero, añade, amplificó por cien ese guiño "e hizo un ofrecimiento teóricamente muy amplio de información y de acuerdo. El martes sabremos más de cómo se cumple ese ofrecimiento".

Motivo de escándalo

Algunos dirigentes populares consultados para esta crónica afirmaron que el PP no puede mantenerse al margen del proceso de paz que se abre ahora, mucho menos si el ofrecimiento de Zapatero se lleva a la práctica y si existe una "envoltura" internacional que da fe de los pasos sucesivos que se vayan dando. Aseguran, sin embargo, que entre los dirigentes del partido existen dos corrientes: la de quienes creen que este proceso de paz no llegará muy lejos y la de quienes estiman que ésta podría ser "la ocasión" de verdad y dar origen a un auténtico proceso de paz. Por mucha preocupación común que pueda existir sobre los contenidos de eventuales acuerdos del PSOE no ya con ETA, sino con Batasuna, las diferencias son grandes entre los primeros y los que dicen ser conscientes de la importancia de no cometer "un error garrafal" y no transmitir una imagen desagradable de "ir a por todas", por encima incluso de la obligada lealtad al Gobierno de la nación. "Ese es un riesgo real que no podemos ignorar", mantiene un destacado dirigente regional.

Los partidarios de no dar "motivo de escándalo" a la opinión pública reconocen que no todos los dirigentes del PP están en la misma posición y no ocultan su preocupación por una eventual reaparición de Jaime Mayor Oreja como cara visible del PP, en estos momentos y en este proceso, respaldado además por un José María Aznar cada vez más activo. "Todo depende ahora de la valoración que haga el propio Mariano Rajoy de su entrevista con el presidente del Gobierno y de la información que le transmita", concluye el mismo dirigente regional.