¿Cuánto vale la empresa más deseada?
EL MERCADO DE FUSIONES Y ADQUISICIONES de empresas está disparado en todo el mundo. Señal de que la economía bulle y existe una gigantesca liquidez. Pero no son sólo las sociedades que cotizan en los mercados de valores las protagonistas, sino que desde hace algún tiempo los propios operadores de esos mercados son sujeto de intentos de concentración y de ofertas públicas de adquisición de sus acciones (OPA). Nadie se salva de este proceso.
Esas operadoras muchas veces cotizan en Bolsa -no ocurre todavía en España-, y los intentos de absorción sirven para tirar con fuerza hacia arriba las cotizaciones y elevar la valoración de las primeras.
Hace escasos días, Euronext (la operadora que agrupa las bolsas de París, Amsterdam, Bruselas y Lisboa) ha hecho una aproximación a Deutsche Börse, el mercado alemán, para iniciar una fusión. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Jacques Chirac, no han puesto pegas, lo que indica que para ellos éste no es un sector estratégico al que aplicar la teoría de los campeones nacionales. Último movimiento por el momento -last but not least- que emerge seguramente como reacción al anterior: pocas jornadas antes, el operador de la Bolsa de Gran Bretaña, el London Stock Exchange (LSE), recibía una petición de noviazgo de Nasdaq, la empresa norteamericana competidora de la Bolsa de Nueva York.
Los movimientos telúricos de fusión y adquisición de empresas afectan a los propios operadores de los mercados de valores, que tienden a un proceso de concentración. España aún está al margen del mismo
Aunque el precio parecía atractivo (3.480 millones de euros) no lo fue suficientemente para el Consejo de Administración de LSE, que en los últimos años ha sido cortejada hasta la extenuación. Antes de Nasdaq, la operadora londinente recibió otras ofertas -rechazadas- de Euronext, Deutsche Börse y del banco australiano Macquarie. La Bolsa de Londres parece la más deseada. Hay rumores de que, enterada la New York Stock Exchange (NYSE) -operadora de Wall Street- de la oferta de Nasdaq, prepara su propia OPA sobre Londres a un precio superior y que quizá mezcle dinero líquido e intercambio de acciones.
La agitación telúrica sobre los mercados de valores europeos ha tenido su precedente en los norteamericanos. Hace escasas semanas, la tradicional Bolsa de Nueva York se fusionaba con Archipiélago, mercado de valores electrónico asentado en Chicago. Creada en el año 1793 como sociedad no lucrativa y devenida en una sociedad de acciones con ánimo de lucro y cotizada públicamente, la NYSE pretende modernizar su sistema de funcionamiento (hasta hace poco utilizaba todavía el viejo sistema de corros), diversificando los productos que se contratan y aumentando el número de horas en activo. También Nasdaq compraba a Reuters la mayoría del capital de Instinet, otra plataforma electrónica, para aumentar su cuota de mercado.
De lo que se trata es de acercarse a las cifras de contratación de los grandes gigantes bursátiles en el mundo de la globalización, situados en Osaka y Hong Kong. Las bolsas del norte de Europa (Copenhague, Helsinki, Estocolmo, Riga, Vilna) trabajan en el seno de una sociedad denominada OMX.
España permanece por el momento aislada de esa tendencia. Aquí existe un holding, Bolsas y Mercados Españoles (BME), que agrupa a las bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia - cuyos principales accionistas son los grandes bancos y agencias-, que todavía no cotiza en los mercados de valores, aunque desde hace tiempo siempre parece a punto de hacerlo. Esta vez parece la definitiva: se ha convocado una junta general de accionistas para finales de abril, en la que se discutirá la reducción social con cargo a reservas (distribución a los accionistas de los beneficios acumulados), que suele ser el paso previo de las empresas que quieren cotizar en Bolsa. Para que la salida a Bolsa de BME ocurra tendrán que cambiar previamente algunos puntos de la ley de mercado de valores relacionados con la propiedad y los organismos de dirección de la entidad.
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