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Entrevista:HEINZ KIEFER | Presidente de Eurocop y jefe superior de policía en la República Federal de Alemania

"El Estado es responsable de la seguridad pública, que no se puede privatizar"

El presidente de Eurocop, Heinz Kiefer (Sarre, 1948), concedió esta entrevista al día siguiente del anuncio del alto el fuego permanente de ETA. Kiefer asistió al séptimo congreso del sindicato policial Erne, que ayer eligió en Bilbao, con apoyo del 99% de los delegados, la nueva ejecutiva.

Pregunta. ETA acaba de anunciar un alto el fuego.

Respuesta. Estoy orgulloso de poder estar aquí cuando ETA ha proclamado esta tregua. Era el último grupo europeo que todavía mantenía la lucha armada. En la Europa democrática, la lucha política no puede convivir con la violencia. Sólo espero que sea definitiva.

P. En una situación nueva como esta, ¿las policías y los jueces deberían tomar nota o el Estado de derecho no puede levantar el acelerador en la persecución de una organización terrorista que aún no ha desaparecido?

"Tras el anuncio de ETA, seguro que la justicia y la policía tendrán ahora menos necesidad de realizar acciones masivas de castigo"
"Estamos muy lejos de tener en toda Europa un nivel estándar equiparable en materia de asociación. Aquí lo vemos con la Guardia Civil"
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R. Es una pregunta muy difícil, porque estamos luchando a escala mundial contra el terrorismo. En Irlanda del Norte se ha tenido la tentación de liberar a terroristas ya condenados. Creo que el Estado debe ser muy cauto cuando se trata de proteger los derechos, sobre todo de las minorías. El terrorismo es un hecho delictivo, y el asesinato está en los códigos penales de todos los Estados. Es difícil dar una respuesta clara sobre si, en esta nueva situación, se puede levantar el pie del acelerador. Una cosa es la motivación para un delito y otra muy diferente su ejecución. Pero seguro que la justicia y la policía españolas tendrán ahora menos necesidad de realizar acciones masivas de castigo.

P. ¿Para qué nació Eurocop?

R. Es una asociación de policías europeas que no sólo se limita la Unión Europea, ya que está también en Noruega y Suiza. Tenemos 28 organizaciones de 21 países que representa a unos 650.000 policías. Eurocop ha recibido el encargo de lograr la colaboración de policías en Europa, y también velar por un código policial ético para que se extremen las condiciones seguras en el trabajo policial y se cuiden los derechos humanos. Velar también por que se reconozca la libertad de asociación y de expresión en los cuerpos policiales, como, por ejemplo, aquí en la Guardia Civil. En ese asunto hay que buscar vías, tanto aquí como en Europa del Este, donde creo que en este asunto queda mucho por hacer. Estamos muy lejos de tener en toda Europa un nivel estándar equiparable en materia de asociación.

P. ¿Cree que hay un riesgo de privatización progresiva de la seguridad en Europa?

R. Existe el peligro de que, debido a la merma continua de los recursos financieros en los Estados, se derive todo hacia esta privatización. Sabemos que, en determinados sectores, las necesidades de protección son tan grandes que la policía no puede cubrirlas sola y hay un campo creciente para la seguridad privada. Pero la seguridad pública es una responsabilidad del Estado, y eso no se puede privatizar. El ciudadano tiene derecho a que el Estado le proteja. Por eso rechazamos de plano cualquier cesión de competencias hacia organizaciones privadas. En Rumania, por ejemplo, los antiguos miembros de la Securitate [la policía secreta del régimen de Ceacescu] han fundado un montón de empresas privadas de seguridad. Y no creo que nadie tenga interés en que esas organizaciones actúen en España, Alemania o Italia.

P. Precisamente le quería preguntar por los nuevos Estados que están a las puertas de la UE.

R. Hace tres meses ya rechacé que Rumania o Bulgaria estuvieran preparados para adherirse a la UE, a menos que acaben con el grado de corrupción y criminalidad organizada que tienen. En cuanto a los diez nuevos países, que también tienen sus problemas, el nivel mejora bastante.

P. ¿Crecerá la criminalidad con la entrada en la UE de esos países del Este?

R. No. Los cambios en las estadísticas de criminalidad de todos los países occidentales ya se produjeron con la caída del telón de acero en los 90. El cambio ya se ha producido, los delincuentes ya están aquí. Aunque la fecha definitiva será 2007, cuando se incorporen formalmente al Tratado de Schengen. Entonces podrán hacerse cargo de las fronteras exteriores de la UE y las fronteras interiores van a caer precisamente para que se cumpla el tratado de Schengen. Pero si para ese momento no hemos podido resolver los problemas de corrupción y criminalidad organizada, entonces el tratado de Schengen sólo funcionará en el papel.

P. ¿La principal amenaza para la seguridad europea viene de esos grupos organizados transnacionales o, tras el 11-S, del terrorismo islamista?

R. Como experto policial, le diré que hoy ya no se puede separar entre la lucha contra la criminalidad organizada y la lucha contra el terrorismo internacional. Sobre todo porque las organizaciones islamistas intentan reclutar su gente desde la criminalidad organizada. Por eso el terrorismo tiene muchas necesidades financieras y necesita de las estructuras de la criminalidad organizada. En cuanto al terrorismo, creo que en Europa tenemos mucho por hacer.Después del 11 de Marzo, los jefes de Gobierno se comprometieron firmemente a aplicar las decisiones adoptadas tras el ataque del 11-S; esto suscita en mí dudas sobre la seriedad de las decisiones que allí se tomaron. Sobre todo si recordamos que Europol, tras el 11-S, creó un departamento de terrorismo que hubo que disolver porque los Estados miembros no estaban dispuestos a poner a su disposición la información y que tras el 11 de marzo se abordó seriamente en involucrar a Europol en la lucha contra el terrorismo. En este terreno la cuestión no es tomar nuevas decisiones, sino ejecutar las ya adoptadas. Por ejemplo, en intercambio de datos, bases comunes de ADN y otro tipo de instrumentos comunes básicos para luchar contra el terrorismo.

P. ¿Cree que tras el 11-S ha habido un recorte de libertades con la excusa de la seguridad?

R. Sin duda. Determinadas cosas tras el 11-S se han considerado de forma más restrictiva, lo que ha llevado a limitaciones en materia de libertades. Pero no creo que sea posible ser eficaces en la lucha contra el terrorismo si disponemos de una libertad absoluta y sin límites. De hecho, mucha gente acepta esta nueva situación, considerando que la seguridad no lo es todo, pero que nada puede existir sin seguridad.

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