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Reportaje:ESCAPADAS | Zerain y Segura | Fin de semana

Tres kilómetros, dos estilos

Tres kilómetros separan el pueblo de Zerain de la villa de Segura, 3.000 metros que enlazan y enfrentan al tiempo dos concepciones del mundo, dos estilos de organizar la vida durante siglos y que hoy viven un nuevo cambio. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Zerain prepara una nueva página web en la que seguirá informando de sus lugares de interés y su tienda virtual; mientras la en su momento ilustre villa de Segura cuenta con una dirección en Internet, pero de escasa calidad.

Quizá la mejor propuesta de itinerario para llegar a este rincón del Goierri guipuzcoano parta de Legazpi, por una sinuosa carretera que permite disfrutar del primer atractivo de la ruta: las minas de Aizpea, motor del desarrollo del pueblo en la primera mitad del siglo XX, y que han dado mejor mineral una vez clausuradas, como muestra el éxito que ha tenido la reconversión de la localidad en enclave turístico.

Zerain era uno de los lugares que cruzaba el Camino Real a su paso por Guipúzcoa

Zerain se encuentra a media ladera, sobre el valle que abre el río Oria y tiene a Segura como uno de sus primeros enclaves. Es un pueblo pequeño -poco más de 200 habitantes- que podría ser autosuficiente. Contando con las minas, tiene molinos, huertas, prados para su ganadería y, por supuesto, iglesia, bolera y frontón. Como curiosidad mantiene la cárcel, del siglo XVIII.

Habilidades diplomáticas no faltaban en la localidad. Zerain era uno de los lugares que cruzaba el Camino Real a su paso por Guipúzcoa. Y no escasean hijos ilustres, entre otros Goya, cuyo bisabuelo parece que nació en la localidad. Mas nadie como José Francisco Tellería, conocido como Petriquillo y nacido en 1774, cuya habilidad de curandero rayaba lo inverosimil. Las crónicas de la Primera Guerra Carlista dan fe de su eficacia entre los soldados heridos, de modo que fue llamado a Madrid por la corte de Fernando VII. Según los relatos de la época, su éxito en la capital fue notable.

Tras visitar el museo etnográfico, llega el momento de la comida en alguno de los restaurantes de Zerain (las alubias, imprescindibles) y del paseo posterior hasta Segura, en el que se disfrutará del contraste que ha motivado la excursión y, sobre todo, de uno de los mejores paisajes del Goierri, a la sombra del Aizkorri.

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Ubicada bajo la sierra de Aratz, la villa de Segura fue fundada en 1256 por Alfonso X el Sabio en un momento decisivo para la expansión de este tipo de poblamiento, casi inevitable para resolver el crecimiento demográfico y la defensa de los habitantes de la zona, a merced de los desmanes de los señores feudales. El propósito defensivo con el que fueron levantadas las villas todavía se percibe en Segura, donde el recorrido por su lado oeste mantiene todo el sabor de los tiempos en que el pueblo estaba amurallado para defenderlo de quienes gustaban de arrebatar lo que no era suyo.

Segura fue decisiva en el paso que desde San Sebastián se adentraba en la meseta por el túnel de San Adrián. Es más, era la última villa que tenían los viajeros antes de enfrentarse al túnel, o la primera cuando venían desde territorio alavés. Prueba de esta categoría la puede traducir la existencia de 24 escribanías en el siglo XVII. Doscientos años más tarde,cuando el camino real se había desviado por las presiones de Mondragón y otras localidades del Deba, sólo quedaba una.

No obstante, aquello que fueron zancadillas en el teórico progreso de la villa de Segura se ha convertido hoy en beneficios. La localidad mantiene su clase con la iglesia de la Asunción al frente, edificio que corresponde a la tipología gótica vasca y que cuenta con un retablo churrigueresco de Luis de Carmona, que talló 42 imágenes en madera de nogal, y una araña procedente de Bohemia, destinada según se cree a la catedral de Sevilla. Y luego está la casa de los Gebara, el portal de Zubi-aundi, el antiguo palacio episcopal o los palacios de Jauregi, Lardiazabal o Zurbano, verdadera muestra de una villa que ha sabido, ha podido, o no le ha quedado más remedio, conservar todas sus señas de identidad.

Minas y serrería o villa medieval

Cómo llegar: Segura se encuentra hoy apartada de las principales vías de comunicación guipuzcoanas, lo que ha ayudado a mantener su estructura medieval. Se encuentra a un lado de la N-I. Desde San Sebastián o Vitoria basta tomar esta vía y desviarse en Idiazabal por la GI-2637. Desde Bilbao, se puede acceder a Eibar por la A-8 o la N-634 y luego a Beasain, donde cruza la N-I, tras pasar Bergara y Zumarraga. Por la GI-3520, se accede a Zarain, carretera que lleva hasta Legazpi.

Alojamiento: El hotel más cercano se encuentra en Beasain: Salbatore (943 888307) o Urteaga (943 880850). En Olaberria, hay otro, el Castillo, a la vera de la N-I (943 881958). En cuanto a establecimientos de turismo rural, en Zerain se puede acudir a Tellerine (943 582031) y Oiharte (680 171291); y en Segura, Ondarre Baserria (943 801664).

Comer: Zerain cuenta con dos restaurantes: Mandioa (943 801705) y Ostatu (943 801799). En ellos se pueden degustar los platos clásicos de la gastronomía de la zona. Y en estas fechas, y durante toda la temporada, está abierta la sidrería Otatza (943 801757). En Segura, Imaz (943 801025) e Izkiña (943 802169).

Actividades: Zerain cuenta con un museo etnográfico que recupera los modos de vida tradicionales de sus vecinos. La visita se completa con la serrería de Larraondo, que funcionaba con energía hidráulica, además de la cárcel, lugar de castigo para los mineros díscolos. En Segura, se ha habilitado un centro de interpretación medieval (943 80174). En Zerain, además de la web (www.zerain.net), se puede pedir información en el 943 801724. Y, por supuesto, la compra de queso Idiazabal y dulces locales.

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