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Asaja recuerda que el plan sólo desbloquea obras ya planeadas y exige acelarar embalses previstos en 1995

La decisión del Gobierno de aprobar un decreto y una partida económica (2.344 millones) que garanticen la modernización, en dos años, de 835.000 hectáreas de regadío fue bien recibida por las asociaciones de regantes, conscientes de que la situación de sequía (la agricultura absorbe el 70% del agua) presiona a la Administración para establecer medidas restrictivas. La organización agraria Asaja quiso ayer relativizar la iniciativa anunciada a principios de mes por los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente. ""El plan de choque no es nuevo ni incluye ninguna obra nueva, estaban ya en el Plan Nacional de Regadíos", afirmó ayer en conferencia de prensa el presidente regional de Asaja, Ricardo Serra.

Serra recriminó al actual Gobierno que, en política de agua, "se ha dedicado a deshacer", en referencia a la derogación del trasvase del Ebro que propugnó el PP en la pasada legislatura. Y recalcó que la nueva iniciativa del Ejecutivo sólo desbloquea obras ya previstas. A finales de la pasada pasada legislatura el grado de ejecución del Plan Nacional de Regadíos apenas había llegado a un 10% del 1,4 millones de hectaréas en las que había previsto actuaciones. Los regantes achacaban ese retraso en buena medida a la tramitación ambiental, un cuello de botella que ahora el Ministerio quiere salvar con el compromiso de finalizar las obras incluidas en el plan de choque en menos de dos años.

El dirigente de Asaja dedicó buena parte de la conferencia de prensa a salir al paso de la "demonización" de los regantes en tiempos de sequía. Serra expuso un informe elaborado por su organización en el que se recuerda que el regadío ocupa el 22% de la superficie agraria pero es el origen del 60% de la producción de este sector.

Presas retrasadas

Serra reivindicó el "esfuerzo que han hecho los regantes", al extender el sistema del goteo (el más eficaz y más costoso) al 43% de la superficie de riego en Andalucía y lograr un recorte medio del 15% en el agua consumida por hectárea. El dirigente agrario destacó que los agricultores financian al 50% (con créditos a 35 años) las obras de mejora en los regadíos y consideró desproporcionada la decisión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir de restringir un 70% la aportación de agua para riego desde los embalses de esta cuenca.

El presidente regional de Asaja lamentó que la Administración no haya puesto coto al crecimiento de la superficie de regadío en esta cuenca (ha aumentado un 60% en diez años). Y advirtió que el déficit de la cuenca del Guadalquivir, que estimó en 700 hectómetros cúbicos, podía compensarse si los ocho pantanos previstos en el plan de cuenca definido tras la última sequía (1992-1995) estuviesen ya terminados. De ellos, sólo Melonares (Sevilla) y Arenoso (Córdoba) están en obras, mientras el resto aún no ha culminado la redacción del proyecto de obras.

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