Una convocatoria que estalló de forma espontánea en Internet
El origen del macro botellón del próximo viernes está en dos capitales andaluzas y en las nuevas tecnologías. Entre 3.000 y 5.000 estudiantes se congregaron en Sevilla el pasado 16 de febrero en un campus universitario para beber y celebrar que habían terminado los exámenes. Se informaron del botellón los unos a los otros de forma espontánea, a través de mensajes de móvil y correos electrónicos. Universitarios granadinos que lo vieron en la televisión decidieron emplazar a sus paisanos el 17 de marzo para superar a los sevillanos.
El concurso se extendió como la pólvora a una veintena de ciudades, empleando el mismo sistema. La pregunta que muchos se hacen es si hay alguien detrás del macro botellón nacional. David Ugarte, experto en redes sociales, opina que esto es imposible. "Detrás de esto no hay nadie, es decir, nadie en concreto. Está la gente".
Ugarte trabaja en la Sociedad de las Indias Electrónicas, una empresa dedicada al análisis de redes sociales. Entre otras cosas, estudian cómo funciona el envío masivo de mensajes de móvil durante la Nochebuena o Fin de Año. A través de un modelo matemático que se emplea para hacer estimaciones sobre la incidencia de los virus (tanto humanos como informáticos), Ugarte calcula que la invitación a participar en el macro botellón ha podido llegar a un millón y medio de personas. "Si hubiera alguien decidido a convocar un botellón nacional, debería enviar el mensaje inicial a tal cantidad de gente que no sería rentable. Tendría que mandarlo al azar, porque es imposible que conozca los nombres y teléfonos de todos los que pueden estar interesados".
Sostiene que la sociedad "se autoorganiza" y que no hay que creer en las teorías conspirativas. "La manifestación en Génova (sede del Partido Popular) tras los atentados del 11-M, por ejemplo, es imposible que estuviera orquestada", afirma. "La convocatoria sólo funciona de verdad cuando llega a gente que comulga con esa idea, que forma una determinada red social. Los votantes convencidos del PP, evidentemente, si les hubiera llegado el mensaje jamás lo habrían reenviado".
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