Nueva identidad para la juventud
Un estudio del Gobierno destaca la crisis del trabajo, la religión y la política entre los jóvenes
Una persona de 30 años que vive en casa de sus padres y tiene trabajos temporales, ¿es joven o adulto? En esa franja de edad que está situada en el limbo generacional -como le sucede también al largo periodo de años de transición entre madurez y ancianidad- se sitúa la muestra con la que el Gobierno vasco ha realizado el estudio Hacia una nueva cultura de la identidad y la política. Tendencias en la juventud vasca, que ayer se presentó en Bilbao. En él se fundamenta "la crisis relativa del trabajo, religión y política" entre los jóvenes vascos y "un cambio cultural muy fuerte" entre la juventud provocado por los obstáculos que encuentra para acceder a la edad adulta.
El estudio, que ha editado el departamento de Cultura dentro de la colección Gazte Plana, trata de reflejar distintas cuestiones sociales que afectan a la juventud, fijándose precisamente en aquellos individuos que se enfrentan de manera positiva y creativa al ineficaz funcionamiento de las actuales instituciones sociales y políticas de los adultos.
El informe se centra en cinco aspectos: los movimientos sociales, los locales donde se reúnen con sus cuadrillas, los proyectos musicales, la revalorización del patrimonio cultural y los hackers (piratas informáticos). Como explicó Alfonso Pérez-Agote, catedrático de Sociología de la universidad Complutense de Madrid y director del estudio, se trata de "una investigación exploratoria" de las nuevas formas en que los jóvenes vascos responden a una situación en la que los dispositivos institucionales de la sociedad "no cumplen en muchos casos" las funciones que tienen asignadas. Es decir, esos jóvenes se encuentran "desinstitucionalizados".
La religión no funciona, afirmó el director del estudio, que apuntó que en Euskadi es el único sitio de España donde las nuevas generaciones todavía siguen descendiendo en su religiosidad. La política tampoco funciona, dice Pérez-Agote, pese a que la vasca "sigue siendo una sociedad sobrepolitizada en relación a la media española". Tampoco funcionan el trabajo y la educación, ni la familia o la pareja. Ante este panorama, según las conclusiones que se desprenden del estudio, los jóvenes actuales han hecho "un valor absoluto" de estar con otros (los amigos) en condiciones de igualdad.
Además, han desarrollado "un subsistema en el que la relación trabajo-ocio o trabajo-afición o trabajo-amigos tienen cabida con total naturalidad y han roto con las dicotomías que existían hasta ahora entre trabajo y ocio, como mundos y elementos separados en la vida del adulto", indica Pérez-Agote. Los jóvenes vascos han roto también con la separación entre lo local y lo global, lo público y lo privado; han relativizado el papel del trabajo en su vida personal y han "normalizado el estatus social de lo vasco", haciéndolo pasar del plano político al cultural.
Como consecuencia de la inestabilidad del mercado de trabajo, los jóvenes se fabrican su propia profesión, que parte de sus aficiones. "Demuestran que es posible gozar y ganar dinero", apunta el catedrático, que aseguró que se está pasando de una sociedad en la que se vivía para trabajar, a una en la que se trabaja para vivir.
Por otra parte, representantes del Consejo de la Juventud de Euskadi pidieron ayer al Gobierno vasco que incremente para el año 2007 la partida de 309.000 euros con la que apoya financieramente a este organismo y reclamaron un debate "serio" para la creación de una ley de Juventud.
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