La Duma rusa pide el cierre del Tribunal y elogia al ex dictador
La Duma estatal o Cámara baja del Parlamento ruso aprobó ayer una resolución en la que pide una investigación independiente sobre las causas y las circunstancias de la muerte del ex líder yugoslavo Slobodan Milosevic. También acusa al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia de aplicar un doble rasero y propone que se ponga fin a las labores de ese alto tribunal con sede en La Haya.
Los diputados califican de "político brillante" a Milosevic, en la resolución aprobada por unanimidad, y denuncian que la aplicación de un "doble rasero se han convertido en norma del trabajo" del Tribunal de la Haya. "Todas las decisiones tomadas por el tribunal se distinguen por una politización y prevención extremas", se dice en el documento que exige que los culpables de la muerte de Milosevic, ocurrida "ya sea por negligencia o por mala intención", sean castigados.
Con esta fórmula los diputados rusos se refieren a la posibilidad de que Milosevic haya podido ser envenenado. Y añaden que si tiene razón el toxicólogo holandés Donald Huges y el ex líder yugoslavo tomaba medicinas que podían neutralizar los remedios que los médicos le estaban dando contra la hipertensión sanguínea hay, cuando menos, un claro descuido por parte de las autoridades penitenciarias.
Leo Bokeria, el cardiólogo que encabezó el grupo de médicos que viajó a La Haya para examinar los resultados de la autopsia, declaró que el cuerpo de Milosevic no presentaba "ninguna señal de violencia física". Además, "por el momento no hay fundamentos para decir que lo pudieron envenenar", agregó a su regreso, en el aeropuerto de Moscú.
Una muerte evitable
Previamente, en La Haya, el doctor Bokeria, había confirmado la muerte de Milosevic por infarto. También dijo, que la hipertensión que padecía el ex líder serbio no se había tratado adecuadamente. "Su muerte habría podido evitarse de haber atendido bien su patología. Algo que puede hacerse hoy en cualquier lugar del mundo", informa Isabel Ferrer.
En el mismo avión en el que regresó a Moscú el cardiólogo Leo Bokeria viajó el hijo de Milosevic, Marko. Mira Markovic, la viuda del ex presidente yugoslavo, que también reside en Rusia, dio su consentimiento para que Milosevic sea sepultado en Serbia pero es probable que no asista a los funerales, porque considera insuficiente las garantías dadas por las autoridades de ese país. Aunque un juzgado serbio dictaminó que Markovic no será detenida si viaja a Belgrado, sí se le requisará su pasaporte y será interrogada en los tribunales.
Mientras, el TPIY, encargado del seguimiento médico del fallecido, no se ha pronunciado al respecto. Espera todavía los resultados definitivos de la necropsia, así como de los análisis toxicológicos. Por ahora, la única reacción del TPIY es la ofrecida el sábado al descubrirse el cuerpo de Milosevic: "La supervisión médica que recibía era la adecuada para su condición de hipertenso".
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