Bendahan narra la desintegración del pueblo sefardí
'Déjalo, ya volveremos' recoge "la memoria de un pueblo que nunca podrá volver", dice la autora
"Déjalo, ya volveremos", le dijo a Reina su padre. Ella quería llevarse consigo a España un armario que encerraba su mitología infantil y colocarlo en su nueva casa en Madrid. No pudo ser. El episodio no fue dramático pero quedó almacenado en su memoria. Los judíos sefardíes que dejaron en Marruecos su identidad y su cultura tampoco se abandonaron al drama cuando se dirigían a Europa para construirse una nueva vida.
Esther Bendahan (Tetuán, 1964) narra en su tercera novela, Déjalo, ya volveremos (Seix Barral), la desintegración del pueblo judío sefardí y de la infancia. "Esta novela recoge la memoria de mi pueblo y de una sociedad que nunca podrá volver al lugar del que salió", explicó ayer la escritora y periodista durante la presentación del libro en Madrid.
Bendahan se decantó por una voz infantil para articular la narración de la novela porque representa una etapa que desconoce qué deparará el futuro. "Para mí era más fácil construir la inocencia para contar la historia, en la edad adulta ya tienes heridas que te acompañan".
La novela arranca en un momento histórico en el que un mundo de cientos de años se resquebraja. Reina, una niña de siete años que vive en Tetuán con su familia, observa con inocencia un ambiente de creciente hostilidad, donde el acoso y la tensión social acaban por empujar a la huida a su familia y a muchas otras.
La autora salpica su discurso de cifras, fechas, datos y referencias de una cultura, la suya, que le apasiona. "Estoy contenta porque con esta novela he podido suscitar el recuerdo en otras personas que con su lectura pueden evocar historias similares".
La inocencia de Reina no le resta curiosidad por un mundo adulto que le fascina, y al que trata de acercarse con ayuda de los juegos propios de su edad.
Cada noche, la niña y doña Francisca -que cuidaba de ella y sus hermanos cuando sus padres estaban fuera- jugaban al juego del pasaporte falso. Las reglas consistían en inventar la historia de un pasajero del barco Pisces. Un pasatiempo de ficción pero un navío real.
"Ese barco partió de Casablanca y en él iban muchas familias que buscaban el exilio en Israel. El barco se hundió en la costa de Alhucemas, las familias murieron y la tripulación sobrevivió. Fue todo muy extraño", aseguró la escritora.
Ese barco impactó la memoria de los judíos, y ha ido apareciendo en la vida de Bendahan en forma de recortes de periódicos, testimonios, documentales, anécdotas. Por eso, decidió volcarlo en la ficción de la novela.
Déjalo, ya volveremos es la tercera incursión literaria de Esther Bendahan. La primera, Soñar con Hispania (Tantín), la escribió a cuatro manos con Ester Benari, y con la segunda, Deshojando alcachofas (Seix Barral), cosechó un notable éxito. La tercera es, dice, la novela que siempre había querido escribir. "Ahora es el lector quien debe poner de su parte".
Babelia
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