"No hubo ningún pacto formal para no competir con las cajas vascas"

Caja Navarra (CAN) ha adquirido ya locales en diferentes ciudades vascas y prepara la apertura de sus siete primeras oficinas en Euskadi. La entidad navarra, que obtuvo en 2005 un beneficio neto de 107,3 millones de euros, anunció en febrero la apertura progresiva de 50 sucursales en el País Vasco hasta el año 2008 con una inversión de 60 millones de euros y la creación de 150 puestos de trabajo. Los subdirectores generales de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa, Carlos Ayesa, Área de Empresas, José Luis Larriú, y Área de Particulares de CAN, Jesús Pejenaute, analizan las claves del despliegue.

Pregunta. ¿Por qué ha decidido la CAN entrar ahora en el mercado vasco?

"El País Vasco es un mercado con un nivel de renta 'per cápita' muy alto, con iniciativas de inversión pública muy interesantes"

"Una vez que la red de oficinas en Euskadi esté funcionando al completo habremos creado al menos 150 empleos"

Carlos Ayesa. Desarrollamos nuestra expansión, que ha sido más intensa en los últimos dos años, sobre la base de dos líneas. Una primera, aquellos mercados que son el centro de desarrollo económico, los que tienen mayores perspectivas de crecimiento económico, que son Madrid, Cataluña -Barcelona en particular- y Levante. Y trabajamos también una segunda línea de expansión, en lo que se conoce como mancha de aceite, que nos impulsa a acudir a los mercados con más proximidad geográfica. El País Vasco es un mercado con un nivel de renta per capita muy alto, con algunas iniciativas de inversión pública que lo hacen muy interesante.

P. ¿Qué define a Caja Navarra en la actualidad?

C. A. Caja Navarra es la suma de nuestra calidad como empresa, que se manifiesta en nuestros resultados económicos, y la diferenciación como base de nuestra estrategia competitiva. Nuestros clientes eligen el destino de la obra social: somos la única entidad del panorama financiero nacional e internacional en la que son los clientes los que deciden los proyectos concretos a los que se destina la inversión social de la caja, que en 2006 ascenderá a 26,4 millones de euros. Somos una entidad financiera con una genética innovadora que en 2005 lanzó 56 nuevos productos al mercado, uno cada seis días. Además, prescindimos de la organización tradicional y situamos al cliente en el centro.

P. ¿Qué novedades aportará la implantación de CAN a los clientes del País Vasco? ¿Cómo piensan competir?

Jesús Pegenaute. El principal elemento competitivo con el que llegamos al País Vasco es la posibilidad de que los clientes vascos elijan cuál es el destino, los proyectos concretos, a los que quiere destinar el beneficio que genera su dinero.

P. ¿Qué criterios ha barajado Caja Navarra para concretar el número de oficinas y en qué poblaciones se producirán las aperturas?

J. P. Se van a abrir 50 oficinas en un plazo de dos años y medio. En 2006 el objetivo mínimo es abrir doce sucursales y probablemente nos acerquemos más a dieciocho, según la disponibilidad de locales. Los criterios obedecen a un plan de expansión regido por el nivel de saturación bancaria (número de oficinas por habitante) de cada localidad, el crecimiento que experimentan determinadas poblaciones de acuerdo a inversiones privadas y públicas y la renta per capita principalmente. Esos parámetros nos conducen normalmente o hacia las capitales de provincia, Bilbao, San Sebastián y Vitoria. Posiblemente la primera oficina de CAN en el País Vasco se abra en San Sebastián.

P. ¿Cuántos puestos de trabajo crearán con este proceso de apertura de oficinas y qué perfil de empleado están buscando?

José Luis Larriú. Una vez que la red esté funcionando al completo habremos creado al menos 150 empleos. La mayor parte de ellos corresponderá a personas que han nacido y que residen y trabajan actualmente en el País Vasco, debido, entre otros factores profesionales, a su conocimiento del mercado local y sus capacidades lingüísticas.

P. ¿Qué perfil de negocio se va a establecer en Euskadi, con qué productos y a qué tipo de clientes?

J. L. L. Allá donde vamos obtenciamos las sinergias que produce el abrir mercados de particulares y empresas. En el País Vasco dispondremos de una red de oficinas para los particulares y, además, contaremos con unidades específicas de empresas, y dentro de ellas daremos atención especializada al sector inmobiliario, agroalimentario, industrial y de servicios, negocio internacional, instituciones, emprendedores y comercios. También desarrollaremos CAN Patrimonios, que es nuestra propuesta para clientes de banca privada y personal.

P. Hasta su decisión de entrar en Euskadi, ¿existía un pacto de respeto territorial entre las cajas vascas y Caja Navarra?

C. A. No, no hay ningún pacto formal de respeto a los ámbitos territoriales. Hay una realidad evidente, y es que hasta este momento no estábamos compitiendo, no teníamos sucursales en esa zona. En nuestro caso se explica porque nuestro proceso de expansión es joven y lleva un orden que desde nuestro punto de vista pensamos que es el mejor, es un punto de vista estrictamente de negocio. Creemos que ahora es el momento para implantarnos en el País Vasco y yo creo que eso no alterará sustancialmente el nivel de competitividad en el mercado vasco, que es muy alto. Competir es muy sano para todos.

P. ¿Estamos entonces ante una respuesta anticipatoria a la fusión de las cajas vascas?

C. A. No. No es una medida anticipatoria, porque tiene su cauce natural en los propios planes de expansión de Caja Navarra.

P. ¿La entrada de CAN en Euskadi alterará el marco de relaciones de la Federación de Cajas Vasco-Navarras?

C. A. No hay ninguna razón para que esa relación se altere porque, a pesar de que ahora vayamos a competir en determinados mercados, ya lo hacíamos en otros desde hace tiempo, como en Madrid. Siempre va a haber espacios para coopera.

P. ¿Seguirá existiendo este marco de relación si las cajas vascas se fusionan?

C. A. Siempre que haya dos partes para cooperar, pensamos que no hay ningún motivo para que no se dé.

C. A. Kutxa ha adquirido ya un local propio en el centro de Pamplona para abrir su primera sucursal en Navarra. ¿Cómo va a afectar a CAN?

C. A. Lo que la historia nos ha enseñado es que la competencia nos sienta bien y nos ha ayudado a ser mejores.