Alonso deslumbra como número 1

El número 1 le viene que ni pintado a Fernando Alonso. Imparable el año pasado en su carrera por convertirse a sus 24 años en el campeón más joven, ayer estrenó su condición de mejor piloto de fórmula 1 con un triunfo soberbio en Bahrein, punto de partida de una temporada que se presenta emocionante por la competitividad de los participantes y la agitación que supone la nueva reglamentación. El triunfo del asturiano fue tan bello como irreprochable porque dominó todos los pasajes de una prueba muy exigente: fue agresivo en la salida (remontó desde el cuarto puesto al segundo); estuvo implacable en los adelantamientos (superó a Massa en el primer giro para no perder de vista a Schumacher); corrió con una concentración extrema (evitó el choque con el segundo coche de Ferrari cuando se quedó cruzado en la pista); sacó el mejor partido posible de la estrategia (le ganó por la mano a Schumi en el pit-lane) y, alcanzado el liderato en una maniobra técnicamente perfecta, lo defendió sin cometer un error pese al acoso del alemán en un pulso decidido en los talleres por un segundo.

La grandeza con la que se batió y aceptó la derrota Michael Schumacher, segundo a sus 37 años, agrandó el éxito de Alonso. El español marcó las condiciones de una carrera estupenda por el carácter de Schumi, que se niega a retirarse sin disputar el título, y la clase de Kimi Raikkonen, protagonista de los mejores solos del campeonato (partió el último y acabó el tercero). Manda Renault, vuelve Ferrari, no cede McLaren, habrá que contar con Honda y, a veces, incluso con Williams. Las cinco marcas metieron a sus mejores pilotos en los seis primeros puestos. Habrá tralla y acelera la nueva generación. Nico Rosberg, hijo del excampeón Keke Rosberg, es desde ayer el piloto más joven (20 años) en lograr la vuelta rápida, marca que tenía Alonso.

Los retos del asturiano son otros. Alonso quiere revalidar el título con Renault antes de incorporarse el próximo año a McLaren. El anuncio en diciembre pasado de que iba a cambiar de marca para nada ha alterado el orden de las cosas sino que es una prueba más del gobierno que ejerce en el circo por encima de Schumi y sus circunstancias. "Mejor imposible", proclamo. "Tuve la suerte de cara".