Ferrari deberá demostrarlo en Malaisia
Volvimos a ver en Bahrein a un Fernando Alonso intratable subido a un Renault sólido y rápido con el que forma un tándem impecable. Componen un equipo que será difícil de batir. Alonso, intocable desde la salida, luchando y aguantando a Michael Schumacher, realizando un segundo cambio de neumáticos y repostaje más rápido y soportando la presión de sentir el aliento del heptacampeón en la espalda hasta el final de la carrera.
La de ayer fue una carrera preciosa, emocionante, que abrió la puerta a un tercer componente en la batalla por el título: Schumacher. Su Ferrari funcionó como un reloj: rápido, fiable y con unos neumáticos que se adaptaban a la perfección a las condiciones del terreno en el que se encontraban. Los bólidos rojos fueron incluso más competitivos de lo que todos esperábamos. Schumacher estuvo muy cerca de la victoria. Pero creo que hay dos razones fundamentales: su gran pilotaje y las dos semanas que pasó Ferrari en Bahrein entrenando el mes pasado, lo que les proporcionó información muy precisa sobre el tipo de neumáticos que necesitaban.
Todo eso no lo tendrán en Malaisia y puede que allí todo se iguale más. Aunque ayer mostró algunos aspectos muy positivos, hay que ver dónde está Ferrari con exactitud. El de Malaisia es un gran premio que les beneficia porque, en teoría, los neumáticos Bridgestone funcionan mejor a altas temperaturas que los Michelin y eso les concede cierta ventaja. Creo a ciegas en la capacidad de Schumacher y sé que estará luchando por el título porque todo el trabajo que su equipo y él han realizado durante el invierno está dando resultados. Y estoy convencido de que Felipe Massa estará junto a él en muchas carreras. Pero, en condiciones normales, Michelin parece que está aún un peldaño por encima de Bridgestone. Y éste puede convertirse en un inconveniente insalvable.
En cambio, no hay ya dudas de que McLaren Mercedes tiene un coche extraordinario, capaz de dar armas a Kimi Raikkonen para luchar contra Alonso en condiciones similares. A pesar de todos los problemas que han tenido este fin de semana -eléctrico el viernes y de suspensión trasera el sábado en la clasificación- y de haber salido desde la última posición y con el depósito lleno, el finlandés consiguió concluir el tercero, en el podio, y a sólo 19 segundos de Alonso, un tiempo bastante inferior al que se invierte en una entrada en los boxes. Eso significa que es muy rápido y que su coche y sus neumáticos son eficaces, ya que ir a una sola parada obliga a llenar el depósito de gasolina y a circular con un lastre importante y un mayor desgaste de las gomas.
Ayer, al menos, dio la sensación de que el McLaren es, además, fiable: sus dos bólidos acabaron la carrera, aunque Juan Pablo Montoya nunca pareció cómodo. Las dos averías que sufrieron en el fin de semana carecen de importancia y son imputables a errores de fabricación: tal vez falló el control de calidad. Pero el coche tiene un buen comportamiento.
Así, me parece más preocupante el problema de Giancarlo Fisichella porque le fallaron los hidráulicos y se demostró que los Renault tal vez no son tan intachables en cuanto a fiabilidad.
Tenemos un gran campeonato por delante.
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