La UE espera que el fin del ex dictador cierre las últimas heridas de Europa

La muerte del ex presidente serbio Slobodan Milosevic sorprendió ayer a los ministros de Exteriores de la UE en su primera reunión formal con representantes de los cinco países de los Balcanes occidentales que aspiran a sumarse a la Unión, aunque con ritmos diferentes: Croacia, ya candidato; Antigua República Yugoslava de Macedonia, Albania, Bosnia-Herzegovina y Serbia Montenegro, en proceso de Asociación y Estabilización. Los ministros europeos mostraron su confianza en que la desaparición de Milosevic ponga fin a los conflictos y allane el camino de los Balcanes hacia Europa.

El encuentro, al que también asistieron los titulares de Exteriores de Rumania y Bulgaria, que aspiran a entrar en la UE en 2007, y de Turquía, país candidato, permitió "visualizar por primera vez la foto histórica de los 33 países que constituirán la Europa del siglo XXI", según el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Javier Solana, secretario general de la UE y Alto Representante para la Política Exterior y Seguridad Común, manifestó su deseo de que "Serbia y Montenegro encuentren la posibilidad de mirar hacia el futuro y dejen de mirar atrás". El máximo representante de la diplomacia europea añadió que "los ciudadanos serbios tienen sin lugar a dudas un lugar en la familia europea", y les animó "a que se pongan a trabajar para que se encuentren lo antes posible entre los países que forman parte de la UE". Solana admitió que la muerte le había afectado. "Me afecta porque una parte importante de mi vida la he pasado con él, negociando, discutiendo y peleando con él. Quiero también recordar a las personas que hizo sufrir, algunas están vivas y otras no".

Moratinos señaló que "Milosevic deberá ser juzgado por la historia, por su pueblo. No creo que su muerte afecte al futuro de los Balcanes, todo lo contrario. Hoy estamos aquí en Salzburgo para hablar del futuro de los Balcanes y Milosevic ya es el pasado".

El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, manifestó su confianza en que la muerte del ex dictador "facilite a los serbios pasar página y que puedan asumir su pasado, la mejor manera de asumir su futuro". Pensando también en el futuro se manifestó Ursula Plassnik, ministra de Exteriores de Austria, país que ostenta la presidencia de la UE, al señalar que tras la muerte de Milosevic "Serbia y toda la región dejan atrás el pasado".

La circunstancia de que Milosevic no haya podido responder ante la justicia de las graves acusaciones que pesaban sobre él provocó declaraciones más contundentes. Así, el ministro de Exteriores de Serbia y Montenegro, Vuk Draskovic, dijo: "Milosevic ordenó miles de asesinatos de miembros de mi partido, de la oposición y de mi familia, y también varios intentos de asesinato contra mí. ¿Qué quiere que le diga? Es una pena que no haya podido ser juzgado en mi país".

En la misma línea se manifestó el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, quien expresó su inquietud porque "el espíritu de Milosevic continúa existiendo en Serbia".

El titular de Exteriores de Francia, Philipe Douste-Blazy, señaló: "Ha sido uno de los principales responsables de la guerra de los Balcanes y permítame que tenga un recuerdo sobre todo para las víctimas de la limpieza étnica planificada con determinación por este hombre".

La reunión supuso un importante impulso para el proceso de integración en el que se encuentran los distintos países aspirantes. A pesar de tratarse de un consejo informal, los ministros elaboraron una declaración final en la que confirman "que el futuro de los Balcanes occidentales está en la Unión Europea". Los ministros constataron también que "los países han logrado un progreso considerable en las áreas de estabilidad, democracia y recuperación económica".

La declaración refleja también las distintas posiciones que dominaron los debates durante la reunión del consejo. La inclusión en el texto de que "la capacidad de absorción de la UE debe ser tenida en cuenta" es una manera de satisfacer las presiones de Francia, Holanda, Alemania y Austria, que desean frenar el proceso de ampliación hasta no lograr un mayor apoyo de la ciudadanía.

El futuro de Kosovo

La discusión sobre el futuro de Kosovo, que había despertado una fuerte tormenta tras vaticinar Straw que "su proceso de independencia era inevitable", fue reconducida por Plassnik y Solana. Ambos insistieron en que las negociaciones entre Belgrado y Pristina, conducidas por el finlandés Martti Ahtisaari, no habían hecho más que empezar y que era prematuro determinar la fórmula jurídica del estatuto que tendría la región. En cualquier caso, insistieron en la necesidad por parte de las autoridades de Pristina de lograr el total respeto de las minorías serbias en Kosovo.

Por otra parte, los políticos rusos reaccionaron ayer a la muerte de Slobodan Milosevic con críticas al Tribunal de La Haya por no haber permitido en febrero que el ex presidente de Yugoslavia recibiera, tal y como había solicitado, tratamiento médico en Moscú con garantías oficiales de que regresaría a la cárcel, informa Pilar Bonet.

El Ministerio de Exteriores "lamentó" la actitud del tribunal, mientras el ex líder de la URSS Mijaíl Gorbachov la calificó de "amoral e inhumana" y el jefe de la Comisión de Exteriores de la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento), Konstantín Kosachov, pidió que se investiguen las causas de la defunción. Añadió que no se puede responsabilizar sólo a Milosevic de todos los conflictos que sacudieron la ex Yugoslavia.