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El Ayuntamiento de Vitoria aprueba sus presupuestos tras dos años de prórrogas

El PP saca adelante las cuentas con el apoyo del PSE y el rechazo de los demás grupos

El Ayuntamiento de Vitoria aprobó ayer inicialmente los presupuestos para 2006 después de dos años de prórrogas. El laborioso pacto alcanzado entre el PP, que gobierna en minoría el consistorio y la Diputación de Álava, y el partido socialista asegura la estabilidad necesaria a ambas instituciones para afrontar proyectos que se habían quedado pendientes. PNV, EA y Ezker Batua reiteraron durante el pleno municipal sus críticas al acuerdo entre populares y socialistas y dudaron de que el alcalde, Alfonso Alonso, vaya a ejecutar los proyectos previstos en los presupuestos.

Una vez que el pleno dio ayer luz verde en primera instancia a las cuentas para 2006, que ascienden a 443 millones, se abre ahora un periodo de alegaciones y, previsiblemente, la aprobación definitiva se producirá el próximo 5 de abril.

Alonso no reprimió su satisfacción cuando vio que se aprobaban los presupuestos tras meses de intensas negociaciones con los socialistas y abrió el acuerdo a todos los grupos. "Aquí caben todos", dijo en referencia a la oposición. Sin embargo, la oferta del alcalde cayó en saco roto. Los reproches más duros llegaron desde el PNV, el principal partido de la oposición, que tiene el mismo número de concejales que el equipo de gobierno del PP.

La concejal peneuvista Arantza Zenarruzabeitia acusó a los populares de "incumplir" los acuerdos que se han ido adoptando en diversas materias en los últimos siete años (desde que gobierna Alonso) y aseguró que hay numerosas iniciativas que no se han llevado adelante, como el de los centros cívicos. Tras acusar al alcalde de "mala gestión", le preguntó por alguno de los proyectos estrella que siguen pendientes. Es el caso del Auditorio, el Palacio de Congresos o el nuevo edificio para albergar las oficinas municipales.

La respuesta del PP llegó desde el concejal de Hacienda, Javier Maroto, quien tildó a los nacionalistas de "derrotistas" y les preguntó por sus alternativas para la ciudad. "Carece [el PNV] de proyectos para Vitoria y no está a la altura como líder de la oposición", replicó. Por su parte, el portavoz de Ezker Batua, José Navas, no se desvió de su tono habitualmente muy crítico con la gestión de Alonso. En ese registro, calificó el presupuesto aprobado de "opaco, poco transparente y con deficiencias". "El acuerdo entre el PP y el PSE no es creíble", apuntilló. Desde Eusko Alkartasuna, Antxon Belakortu, agradeció las ocho enmiendas parciales que le ha aceptado el equipo de gobierno, pero aseguró que no podía apoyar las cuentas porque se ha producido un descenso significativo en las partidas destinadas a inversiones en urbanismo y en intervención social.

Demandas sociales

El portavoz del PSE, Patxi Lazcoz, defendió las bondades del acuerdo suscrito con el PP porque recoge "una parte importante de las demandas de la sociedad vitoriana". Entre estas demandas citó el soterramiento del ferrocarril, la obra de mayor envergadura a la que se enfrentará Vitoria en los próximos años. "Se trata de un magnífico presupuesto para el momento político en el que nos encontramos", dijo, y apostó por continuar con el diálogo y el entendimiento en los dos años que aún restan de legislatura.

Ese clima actual favorable al diálogo entre socialistas y PP ha sido posible, precisamente, después de meses de negociaciones y cuando las relaciones entre ambos partidos en el ámbito nacional y vasco pasan por el peor momento. El PP gobernó en solitario Álava y Vitoria toda la legislatura 1999 a 2003 gracias al apoyo externo del PSE. Tras las elecciones locales y forales de 2003, el PP siguió en el poder, pero los socialistas le retiraron su apoyo después de que los populares se negaran a cederle la presidencia de una de las dos instituciones. Facilitaron el nombramiento de Alonso como alcalde y de Ramón Rabanera como diputado general para que las instituciones no cayeran en manos nacionalistas, pero les negaron cualquier apoyo. Ahora la colaboración se ha recuperado en parte, aunque se mantienen serias divergencias en algunos proyectos municipales. Por ejemplo, en la construcción del Auditorio, una de las grandes apuestas de Alonso. Ambos partidos se han dado de plazo hasta mediados de abril para decidir el futuro de este proyecto.

Las cuentas para este año consignan casi 80 millones de euros para inversiones. Los gastos más importantes se destinan a la rehabilitación del Casco Medieval y las reformas de las instalaciones deportivas.

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