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La UE explora nuevas formas de ayuda a los palestinos sin ceder ante Hamás

Solana recomienda "más presión a Irán" para que detenga el enriquecimiento de uranio

Andreu Missé

La búsqueda de soluciones diplomáticas en Oriente Próximo ante la creciente tensión con Irán, decidido a proseguir con su programa nuclear, y las contradicciones que ha desatado la victoria de Hamás en Palestina dominaron ayer la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los Veinticinco en Salzburgo. "Queremos seguir siendo un socio fiel de los palestinos, pero no queremos rebajar nuestros principios", dijo Benita Ferrero-Waldner, comisaria de Relaciones Exteriores y Política de Vecindad de la UE, para sintetizar el espíritu de la reunión.

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Los titulares de Exteriores de la UE entraron a fondo en la contradicción que supone mantener las ayudas a un Gobierno formado por una organización que figura en las listas de las asociaciones terroristas. La UE confía en encontrar soluciones democráticas y pacíficas, pero advierte que no rebajará sus principios.

Durante los últimos cinco años, la Autoridad Nacional Palestina ha recibido una media de mil millones de euros anuales, la mitad aportados directamente por la UE.

Si los representantes de la Unión y del nuevo Gobierno palestino formado por Hamás no alcanzan un acuerdo, los palestinos corren el riesgo de perder la mitad de estas ayudas, según el documento que estudiaron ayer los ministros de Exteriores. Buena parte de la reunión se dedicó a barajar nuevas formas de financiación a los ciudadanos, que eviten un deterioro de sus ya difíciles condiciones de vida y al tiempo mantener la firmeza de los principios democráticos ante el movimiento Hamás.

Los principios concretos que defiende la UE, fueron explicitados claramente por Ursula Plassnik, ministra de Exteriores de Austria, que ostenta la presidencia de turno de la Unión: "El nuevo Gobierno tiene que reconocer a Israel, renunciar a la violencia y respetar los acuerdos anteriores". Javier Solana, Alto representante de la Política Exterior de la UE, fue categórico: "La solución pasa por la existencia de los dos Estados".

Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores de España, se mostró partidario de mantener las ayudas, sobre todo las gestionadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y apoyó la idea de reforzar el papel del presidente Mahmud Abbas. "Nuestro deseo", dijo Moratinos, "es que las instituciones democráticas palestinas, que tanto nos costó levantar, no caigan". El ministro admitió que "la situación es complicada, pero que en cualquier caso lo que no se podían hacer era mantener las ayudas a Hamás y mantener a esta organización en la lista de asociaciones terroristas". Su homólogo francés, Philipe Douste-Blazy, insistió también en "la necesidad de evitar que los territorios palestinos sufran el colapso económico".

Sobre Irán, el otro gran foco de conflicto, Solana manifestó la conveniencia de "introducir más presión ante las autoridades de Irán, para que paralice sus actividades de enriquecimiento de uranio". Según la Unión Europea y a la vista del último informe de la Agencia Internacional de la Energía "existen dudas" sobre que el programa de enriquecimiento de uranio se limite a las actividades civiles. "Estas presiones más intensas no descartan la posibilidad de sanciones, pero en este supuesto hay que saber antes de qué sanciones estamos hablando, en qué momento y por supuesto en ningún caso contra el pueblo iraní", manifestó una fuente próxima a Solana.

La estrategia de la Unión pasa ahora por conseguir una declaración de la presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que aunque no tiene el rango de resolución, requiere el consenso de todos los países representados, especialmente de Rusia y China. Con esta declaración lo que se pretende es reforzar las competencias y el papel del Organismo Internacional para la Energía Atómica y aumentar así su autoridad frente a Irán.

Para la comisaria Benita Ferrero-Waldner: "La implicación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no es el final de la vía diplomática. Defendió la necesidad de no aislar a Irán, pero pidió también que Irán no debe aislarse el mismo". La comisaria consideró prioritario mantener el consenso de los cinco países que llevan las conversaciones con el Gobierno de Teherán (Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y Rusia). "La oferta rusa de enriquecer uranio en su territorio sigue estando encima de la mesa", apostilló.

Javier Solana, ayer en Salzburgo con el ministro de Exteriores irlandés, Dermot Ahern.
Javier Solana, ayer en Salzburgo con el ministro de Exteriores irlandés, Dermot Ahern.EFE

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