Libertades y culturas

Uno de los debates que se adivina crucial en este siglo recién estrenado es el de cómo encajar dos universalidades: la de los derechos humanos y la de la diversidad cultural. Es, al fin y al cabo, un reto que deriva directamente de cómo se configure la globalización social, política y tecnológica. José Vidal-Beneyto (Valencia, 1929) ha ido moviéndose intelectualmente en consonancia con la dinámica de los nuevos problemas que dibujan hoy el mundo. Vidal-Beneyto afronta ese debate clave coordinando los incitantes análisis de una veintena de especialistas internacionales y orientando al lector en un lúcido prólogo que no sólo sintetiza las aportaciones de ese equipo, sino que hace lo pertinente y lo más complicado en esta época con demasiadas respuestas y demasiados respondones: Vidal-Beneyto plantea las preguntas que van a desgarrar y a cohesionar el futuro del siglo.

Punto clave de la exposición de Vidal-Beneyto es que si los derechos humanos universales quieren ser operativos, deben ser asumidos por las sociedades, que conforman a su vez un universo múltiple y arduamente conciliable tanto de puertas afuera como hacia adentro. Ha habido intentos de solucionar tanto antagonismo: el multiculturalismo británico ejemplifica luces y sombras, sobre todo tras los atentados perpetrados por integristas musulmanes en Londres. Las dificultades para superar la dicotomía parecen, a veces, más fuertes que las buenas intenciones y tienen raíces enconadas. Puede en efecto proclamarse que los derechos humanos son universales, pero tanto el interés de los dictadores como el de los posmodernos coincide en que cada uno es cada uno y no cabe nada generalizable. Por otra parte, unos derechos humanos impuestos a la fuerza dejan de ser derechos humanos.