Programas inflados

El proceso de elaboración del currículum educativo es complicado y, a menudo, ha sido objeto de polémica entre las administraciones central y autonómicas. Éstas han acusado en ocasiones al Ministerio de Educación de cercenar su capacidad normativa imponiendo temarios o interpretando el porcentaje que le corresponde de una manera expansiva.

El Gobierno central fija, de acuerdo en este caso con la futura Ley Orgánica de Educación (LOE), un porcentaje del currículum que deben seguir los alumnos y que es el mismo para toda España. La Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) decía que el máximo sería el 65% para las comunidades sin lengua propia y del 55% para las que tienen dos idiomas, como es Euskadi. Pero la Ley Orgánica de la Calidad de la Educación, (LOCE) aprobada durante el mandato del PP, establecía esos porcentajes como mínimos. Al final, tanto los sucesivos gobiernos del PP como del PSOE fijaron el 55 y 65%, que es lo que va a establecer de manera definitiva la LOE. El resto (el 45% en el caso de Euskadi) es el ámbito que tienen las comunidades para completar el currículum.

Uno de los problemas que se ha dado a la hora de elaborar los textos es la falta de especificaciones de cómo debe hacerse, de qué debe incluir cada administración en sus porcentajes. De esta forma, las sucesivas reformas curriculares que se han dado en España desde los años 90 se han ido saldando con un crecimiento del número de temas, hasta el punto de que los profesores dicen que se trata de programas muy inflados, que los libros de texto de algunas asignaturas son muy voluminosos y que así es muy difícil desarrollar su tarea docente. Según el secretario de Estado de Educación, un currículum "racional y adecuado" debería insistir en los aspectos fundamentales que debe adquirir cualquier joven al final de la enseñanza obligatoria. En ese sentido, la LOE introduce una novedad que se refiere a las competencias básicas. Ya no se trata tanto de aprender de memoria listados de temas, sino de conseguir un tipo de formación y una serie de capacidades. Quizá sea una salida para evitar los conflictos con las autonomías, ya que las áreas y sus contenidos deberán estar al servicio de ese modelo de competencias.