Jeanne Moreau recuerda el "encanto insoportable" de Duras
La actriz realiza en Madrid una lectura dramática de textos de la escritora francesa
Fue su manera de recoger la mesa. Marguerite Duras quedó totalmente fascinada con la destreza que demostraba Jeanne Moreau en esta tarea, según confiesa en el documental La classe de la violence, que ayer se proyectó en el Instituto Francés de Madrid. Vital y divertida, la actriz recordó el "encanto insoportable" de Duras y, desde el estrado, contestó a su amiga desaparecida: "Soy hija de restaurador, aprendí a cocinar con cinco años, lo llevo en la sangre".
La proyección de las películas Cet amour-là y Nathalie Granger, y de los documentales La classe de la violence y Les lieux de Marguerite Duras, ha marcado esta semana en Madrid el inicio del homenaje a la novelista, dramaturga y cineasta francesa -en el décimo aniversario de su muerte-, que se prolongará a lo largo del mes de marzo en el Instituto Francés (www. ifmadrid.com).
A sus 78 años y sin renunciar a los tacones, Jeanne Moreau ha actuado esta semana de maestra de ceremonias, presentando las películas. El miércoles, además, participó junto al escritor Vicente Molina Foix y el cineasta Adolfo Arrieta, en un coloquio posterior a la proyección del primer documental del ciclo. Dominique Noguez, que actuó de moderador de este encuentro, fue quien entrevistó a Duras en el documental proyectado, La classe de la violence -a propósito de la película Nathalie Granger (1972), en la que Moreau actuó junto a Lucía Bosé y Gérard Depardieu-. Ante las cuestiones que Noguez planteó a Duras, ella insistía en que Nathalie Granger surgió de una casa, la suya, la primera que tuvo en propiedad, y que la cinta dio paso a una novela. En la conversación, Duras explica su manera de hacer cine -"nunca ruedo las escenas como las escribo"- y define una clase tan real como la burguesía o el proletariado: la clase de la violencia.
Ante un auditorio lleno entre el que se encontraba el director manchego Pedro Almodóvar, Moreau derrochó toda su gracia y encanto al recordar a su gran amiga Duras. La actriz habló de sus noches parisienses -"nos reíamos como locas; la primera noche acabamos metidas debajo de una mesa porque nos mandaban callar, ella tenía un encanto insoportable"- y de la vena dramática que tanto gustaba a la novelista. "Cuando nos conocimos yo pasaba por unas penas de amor terribles, de amistad y de amor. Me convertí en una heroína para Marguerite y siempre me preguntaba: 'Jeanne, ¿has sufrido hoy?".
Micrófono en mano, Moreau se convirtió en una improvisada reportera cuando el moderador preguntaba a Arrieta acerca de Duras. El cineasta recordó su encuentro con la escritora en 1969 y el gran impacto que le produjeron sus películas. Molina Foix alabó la temprana traducción de las novelas de Duras al castellano -que realizó, bajo seudónimo, Carlos Barral- y denunció el olvido que sufre su teatro. "Una tarde de Monsieur Andesmas fue el primer texto de Duras que leí, yo tenía 17 años. Esta novela presenta la relación un poco prohibida entre personas de edad avanzada y adolescentes, que fue muy importante para ella". Moreau se mostró de acuerdo: "Los amores imposibles, todo lo que está prohibido es posible en los libros de Marguerite".
Con su voz grave y una tenue luz que iluminaba el escenario, Moreau puso fin a su intervención con una lectura dramatizada del texto de Duras El hombre sentado en el pasillo. Poco antes reivindicó la actitud rebelde de su gran amiga. "En Nathalie Granger, mi personaje y el de Lucía Bosé le dicen a Depardieu que él no es un representante comercial. De la misma manera, Marguerite decía al público: 'No, ustedes no son espectadores, no he hecho esta película para ustedes'. La falta de popularidad de sus películas la vivió como un motivo de orgullo".
Babelia
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