El conflicto nuclear con Irán queda en manos del Consejo de Seguridad
Teherán desafía a EE UU y asegura que seguirá enriqueciendo uranio
El organismo atómico de la ONU decidió ayer dejar la crisis nuclear iraní en manos del Consejo de Seguridad de la ONU, que la semana que viene comenzará a debatir la posibilidad de adoptar sanciones contra el régimen de Teherán. Reunidos en Viena, los 35 integrantes de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) constataron que el plazo de un mes concedido a Irán expiró sin que el Gobierno de Teherán haya dado muestras de colaboración. Su posición sigue siendo desafiante.
El director del OIEA, Mohamed el Baradei, pidió a todos los actores de la crisis que evitaran "una guerra de palabras", solicitud que cayó en saco roto. "Washington tiene el poder de causar daño y dolor, pero a su vez es susceptible al daño y al dolor", dijo el jefe de la delegación iraní en Viena, Javad Vaeidi. "Así que si EE UU quiere continuar por su camino, habrá que dejar que esto siga su rumbo".
El presidente Mahmud Ahmadineyad afirmó: "Nuestro país no se someterá a las presiones políticas y a la intimidación; si permanecemos unidos, les humillaremos". A pesar de todo, El Baradei afirmó que es optimista "porque tarde o temprano todas las partes van a darse cuenta de que no hay otra opción que volver a las negociaciones".
La imposición de sanciones no será automática. Lo dejó claro Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia -miembro permanente del Consejo de Seguridad junto a EE UU, China, Reino Unido y Francia-, tras reunirse en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Para Lavrov, las sanciones son "una vía de corto recorrido". El embajador de EE UU ante la ONU, Nicholas Burns, explicó que las sanciones "se dirigirán a presionar al régimen y su programa nuclear y de misiles, y no a perjudicar a la gran mayoría de los iraníes, que son inocentes".
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