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El Pompidou reconstruye la génesis de la explosión del arte en Los Ángeles

La exposición de París recorre 30 años de creatividad californiana a través de 85 artistas

El tópico asegura que en EE UU sólo Nueva York, Chicago y San Francisco son ciudades en el sentido estricto y que el resto son aglomeraciones informes, millonarias a veces, pero magmáticas. Y donde no hay urbanismo, no hay cultura. Ésa fue la realidad de Los Ángeles, capital mundial del cine y villorrio sin interés en materia de pintura, música, literatura, teatro o danza hasta 1955. Una gran exposición en el Centro Pompidou -Los Ángeles 1955-1985. Nacimiento de una capital artística- que puede verse hasta el 17 de julio viene a contarnos que las cosas fueron más complicadas y ricas.

Durante años, la ciudad ha ido desarrollando su creatividad al margen de casi todo
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"En Los Ángeles no había, hasta 1955, ni galerías, ni coleccionistas, ni museo. Vivían ahí unos pocos artistas pero el ambiente era muy provinciano", cuenta Catherine Grenier, comisaria de la exposición. "Debido a que los precios del sector inmobiliario en San Francisco aumentaban, algunos pintores y poetas consideraron que Los Ángeles, que ofrecía grandes espacios soleados a bajo precio, era un lugar ideal. La generación beat, algunos hijos del expresionismo abstracto o tipos que inventaban nuevas formas de collage escultórico coincidieron en la ciudad". Y poco después nació la Ferus Gallery que, entre otros méritos, tiene el de haber organizado una primera retrospectiva de Marcel Duchamp y haber descubierto y presentado a Andy Warhol.

Durante años, Los Ángeles ha ido desarrollando su creatividad al margen de casi todo. Nueva York seguía ejerciendo de centro del mundo y ocultando lo que empezaba a crecer en la costa del Pacífico. Allí, mezclando política y arte, alta cultura y cultura popular, humor y tragedia, reflexión teórica y regresión infantil, marxismo y espiritualidad oriental, luchan a favor de la liberación sexual y exigencia de moralidad Wallace Berman, Ed Kienholz, Ed Bereal, Joe Goode, Edgard Ruscha, Al Bengston, Vija Celmins, Kenneth Price, entre otros, se empeñan en vivir siguiendo otro modelo que el propuesto en las comedias de Doris Day o Troy Donahue.

"El cine y Disneylandia han alimentado el espíritu crítico de Los Ángeles. Los ataques contra las fábricas de sueños o contra la idea de que el progreso tecnológico puede resolver todas las contradicciones son explotados por unos artistas que también se interesan por el movimiento chicano, por la guerra en Vietnam, por los movimientos de liberación femenina o por la reivindicación homosexual", explica Grenier. En su exposición, no sólo presenta obras emblemáticas de esos 30 años, de artistas como Dennis Hopper, Kienholz, Kaprow, Ruscha, Turrell, sino también elementos que ayudan a comprender el contexto, ya sean canciones de los Beach Boys, imágenes de prensa de la época, poemas o carteles publicitarios. "Como no disponen de instituciones oficiales que les ayuden, los artistas son muy solidarios entre sí; un minimalista como Larry Bell puede elogiar a un pop como Claes Oldenburg o un radical de las performances como Allan Kaprow hablar con entusiasmo del entonces muy joven y poco conocido David Hockney. No hay el sectarismo que reina en Nueva York".

La imagen misma de la ciudad, inacabable sucesión de calles sin otra personalidad que la que le confieren las decoraciones o jardines de cada habitante, de amasijo urbano sin apenas servicios colectivos -el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo se abre en 1985, año que el Pompidou propone como punto de partida de la actual internacionalización y prestigio de Los Ángeles- corresponde a la de un puzle artístico que acaba por tener dos figuras reconocidas como Paul McCarthy o Mike Kelley, u otras que presentan obras excelentes en París, como es el caso de Eleanor Antín, David Lamelas o Michael McMillen.

En total, la exposición, que está organizada al mismo tiempo siguiendo un orden cronológico y agrupando ciertos movimientos, presenta a 85 artistas. Catherine Grenier ha tardado más de tres años en montarla, ha rescatado del olvido algunas performances, ha seguido la filiación artística de unos creadores que han ejercido de profesores, colaboradores, consejeros y amigos de los de la generación más joven. La producción es exclusivamente del Centro Pompidou. "Los estadounidenses no quieren comprar una exposición sobre Los Ángeles hecha por franceses", admite la comisaria.

<i>Double standard</i> (1962), de Denis Hopper.
Double standard (1962), de Denis Hopper.LOS ANGELES COUNTY MUSEUM OF ART
<i>Gun with hand I</i> (1964), de Vija Celmins.
Gun with hand I (1964), de Vija Celmins.DOUGLAS M PARKER STUDIO

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