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Día Internacional de la Mujer

40 políticas de Guipúzcoa se proponen impulsar la igualdad desde las instituciones

Cerca de 40 representantes políticas de Guipúzcoa que ocupan cargos en distintas instituciones se comprometieron ayer públicamente a impulsar políticas de igualdad y a intentar solventar, desde el poder que ostentan, los obstáculos que impiden el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres. Su compromiso está contenido en una declaración escrita que ayer suscribieron con su presencia en una reunión celebrada en el Palacio de Miramar de San Sebastián con motivo del Día Internacional de la Mujer que hoy se celebra.

La presidenta de las Juntas Generales guipuzcoanas, Leire Ereño, presidió el cónclave que acogió a parlamentarias vascas, alcaldesas, junteras, así como la senadora del PNV Elena Etxegoien y la diputada del PSE Elvira Cortajarena. Todas ellas en representación de los partidos vascos, salvo EB que sólo tiene hombres en estos cargos de representación en Guipúzcoa, y de la ilegalizada Batasuna.

La declaración reconoce los progresos en pro de la igualdad desde 1911 cuando se celebró pro vez primera el Día de la Mujer, pero alerta del camino que aún queda para superar los incesantes obstáculos. Entre estos, se citan la discriminación salarial, los déficits en la puesta en marcha de medidas que faciliten la conciliación de la vida familiar y laboral, el incremento de la violencia de género, o la escasa y simbólica presencia de mujeres en puestos de decisión.

No dormirse en los laureles

Precisamente para dar testimonio del impresionante recorrido que han debido realizar las mujeres en las tres últimas décadas recurrieron a la ex consejera de Cultura y primera portavoz del Gobierno vasco, Mari Carmen Garmendia. Antes de ocupar estos cargos de responsabilidad también fue la primera directora general (de Política Lingüística), dentro del organigrama del Ejecutivo autónomo.

Su testimonio no fue precisamente autocomplaciente e ilus-tró con todo lujo de detalles las grandes diferencias y las "distintas varas de medir" que hace muy poco se utilizaban para hombres y mujeres. "Hace sólo unos años una mujer con capacidad de mando y observación era habitualmente tachada de histérica mientras que un hombre con esas características tenía lo que hay que tener: inteligencia. Así era, histeria frente a inteligencia y fortaleza", recordó Garmendia.

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Sobre estos comentarios machistas aseguró que perviven, aunque se han mitigado con la mayor presencia pública de las mujeres, y alertó de que "la lucha y el compromiso en la consecución de la dignidad, aún no ha terminado". Pese a su tono reposado, Garmendia advirtió a su joven auditorio de sucesoras que "el paisaje ha cambiado, pero todavía queda mucho camino: no hay que dormirse en los laureles".

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