Comienza la refundación de Bolivia
El presidente Evo Morales convoca un referéndum sobre la descentralización del Estado
Ataviado con la chaqueta negra con remates dorados con la que asumió la jefatura del Estado y bailando cueca con una asesora -la danza tradicional del país- a los sones interpretados por una banda militar, el presidente boliviano, Evo Morales, celebraba el lunes por la noche (madrugada de ayer en España) la aprobación de las convocatorias de elecciones para una asamblea constituyente y el referéndum sobre el Estado de las autonomías, que se celebrarán el próximo 2 de julio. Se trata de la piedra angular sobre la que Morales basa su gran objetivo: la refundación de Bolivia.
En el poco más de un mes en el cargo, el líder boliviano ha dado los primeros pasos en las líneas que definirán la nueva Bolivia: mayor poder a los indígenas y propiedad nacional de los recursos naturales. "Quiero decir a los bolivianos que esto no es una simple reforma, sino la refundación de Bolivia", destacó el mandatario ante cientos de personas que se dieron cita en el Palacio Quemado de La Paz. Para llevar a cabo su proyecto, el líder boliviano recalcó que cuenta "con el Estado Mayor del Pueblo y con el Estado Mayor del Ejército". El anuncio ha generado una gran expectación.
Morales: "Cuento con el Estado Mayor del pueblo y con el Estado Mayor del Ejército"
En la firma del decreto de convocatoria de elecciones estaban tanto líderes indígenas y representantes del Movimiento Al Socialismo (MAS, el partido de Morales) como importantes exponentes del movimiento autonomista de Santa Cruz, entre otros el prefecto de la provincia oriental, Rubén Costas. De hecho, la sola convocatoria ya supone el primer entendimiento importante entre Gobierno y oposición, que han llegado a un acuerdo sobre el número final de congresistas constituyentes. Serán 255 y se necesitarán al menos 166 votos para aprobar los artículos.
Pero bajo el acuerdo hay numerosas fricciones. Morales ha insistido en la necesidad de reconocer a las más de 30 naciones indígenas del país y el lunes lanzó una advertencia a los autonomistas. "Autonomía significa solidaridad". Algunos sectores conservadores han advertido del peligro real de que los símbolos tradicionales bolivianos, como la bandera tricolor, pueden quedar relegados en el nuevo texto ante los emblemas indígenas.
La convocatoria coge con el pie cambiado a los partidos de la oposición que todavía no se habían reorganizado tras las presidenciales y legislativas del pasado diciembre, en las que venció el MAS. El Gobierno ha puesto especial énfasis en que el cambio que va a experimentar Bolivia no se limite a una reforma de las instituciones. Paralelamente al sistema institucional, el mandatario boliviano ha decidido pisar el acelerador en cuanto al control del Estado de los recursos naturales que en la actualidad gestionan empresas extranjeras.
En privado, Morales envía mensajes tranquilizadores a los responsables de las empresas y en este ambiente recibió el pasado jueves en La Paz al presidente de Repsol-YPF, Antonio Brufau. Fuentes de la compañía española calificaron de positiva la entrevista. Pero apenas horas después del encuentro, Morales proponía que las empresas privatizadas -entre ellas Andina, controlada por Repsol- volvieran a manos del Estado mediante la compra de acciones.
Para Morales, la ecuación es simple. Si el Estado posee en numerosas compañías el 49% de los títulos, basta con que compre el 2% para controlarlas. Economistas bolivianos han advertido de que la operación costaría entre 1.500 y 1.700 millones de dólares, aunque el mayor obstáculo no es el dinero -que no es un problema pequeño-, sino cómo obligar a vender a los propietarios de las acciones.El indigenismo es el gran eje de la política social del nuevo Gobierno. La ciudad de El Alto, que domina geográficamente a la capital, La Paz, y cuya actuación en los bloqueos fue decisiva para la caída de dos presidentes, Sánchez de Lozada y Carlos Mesa, se convertirá en un nuevo polo de desarrollo de país gracias a las millonarias inversiones anunciadas el lunes por Morales. Otras iniciativas han resultado mucho más polémicas, como la propuesta del ministro de Exteriores, David Choquehuanca, de introducir en los desayunos que se dan en las escuelas la hoja de coca con el argumento de que tiene "más calcio que la leche".
Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo dependiente de la ONU, la superficie de cultivo de hoja de coca en Bolivia se ha incrementado en un 17% el pasado año. La medida por ahora no ha sido puesta en marcha.
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