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CiU exige explicaciones por encuestas municipales de Barcelona en las que se preguntaba por Palestina

Miquel Noguer

Convergència i Unió tiene serias sospechas de que el Ayuntamiento de Barcelona no ha actuado correctamente en la gestión de encuestas y estudios de opinión. La federación nacionalista ha exigido por escrito al alcalde Joan Clos (PSC) una explicación sobre las encuestas municipales realizadas entre 2002 y 2003 en las que se también se preguntaba por temas alejados de la vida municipal, como son la labor de la junta directiva del Fútbol Club Barcelona o el conflicto palestino.

En concreto, las sospechas de los nacionalistas hacen referencia a una serie de 48 encuestas que fueron realizadas en el año previo a las elecciones municipales de 2003, todas ellas por la empresa Central de Campo.

Estos sondeos de opinión, realizados con una periodicidad semanal y con un universo de 300 encuestados, tenían preguntas comunes, por ejemplo qué percepción tenían los ciudadanos sobre la evolución que estaba siguiendo la ciudad de Barcelona. A partir de ahí, sin embargo, las preguntas cambiaban cada semana. Y algunas de ellas son, cuando menos, chocantes.

Así, en diciembre de 2002 la encuesta semanal interrogaba a los ciudadanos sobre la opinión que les merecían las actuaciones del Gobierno del PP ante la crisis del Prestige. Medio año antes, las preguntas discurrían en torno a la necesidad o no de que Cataluña se dotara de selecciones deportivas propias.

En la última encuesta de noviembre de 2002 el fútbol era el rey. Se preguntaba a los ciudadanos si eran seguidores del Barça y sobre la idoneidad de mantener a su entrenador, e incluso se les pedía que pusieran nota a la labor de la junta directiva del club, en aquel momento bajo la presidencia de Joan Gaspart. En otras ocasiones el contenido de las encuestas versó sobre los resultados de las elecciones presidenciales francesas y sobre el conflicto entre Israel y Palestina.

El concejal de CiU Joaquim Forn ya se ha dirigido por escrito al alcalde de la ciudad, Joan Clos, para preguntarle cuánto costaron estas encuestas y para tener acceso a las matrices de las mismas. "Queremos cerciorarnos de que el contenido que publicó el Ayuntamiento un año más tarde corresponde al cien por cien con las preguntas que se hicieron a los ciudadanos", aclaró ayer Forn, quien piensa llevar esta cuestión a la comisión de Presidencia prevista para la próxima semana.

Puntos sospechosos

En opinión de Forn, las encuestas presentan algunos puntos "sospechosos". Aclara: "Se pedía a los ciudadanos si recordaban a qué partido votaron en las últimas elecciones, pero aparentemente no se hacía ninguna estimación de voto; queremos estar seguros de ello". El concejal nacionalista tampoco entiende por qué las encuestas dejaron de hacerse "justo un mes antes de las elecciones municipales de mayo de 2003".

Sin embargo, Forn admite que estas encuestas mantienen algunas diferencias con las más de 140 que el Ejecutivo de Jordi Pujol hizo durante sus sucesivos mandatos con el fin de perpetuarse en el poder. Sobre todo porque los sondeos municipales objeto de esta polémica fueron publicados, algo que no ocurrió con los controvertidos informes realizados por Presidencia de la Generalitat. El alcalde Clos, en la introducción del libro que se publicó con el contenido de las encuestas, aseguraba que en la publicación estaba "toda la información obtenida durante el tiempo de investigación".

Además, la inmensa mayoría de las preguntas de las encuestas del equipo de Joan Clos hacían referencia directa a asuntos de política municipal, desde la limpieza de las calles hasta las actuaciones de la Guardia Urbana.

Lo que no está claro es cuánto dinero se pagó por las encuestas, razón por lo que CiU ha pedido un informe completo al respeto. Fuentes conocedoras del sector han asegurado que el tipo de encuesta encargada por el Ayuntamiento costaba unos seis euros por entrevista realizada. Esto significa que cada una de las 48 encuestas, basada en 300 entrevistas, costó alrededor de 1.800 euros. El conjunto de la serie, que se prolongó desde febrero de 2002 hasta abril de 2003, debió de costar alrededor de 85.000 euros.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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