Cuatro muertos al incendiarse una pensión en Bilbao usada por personas sin recursos
La ONG que gestiona el alojamiento asegura que tiene todos los papeles en regla
Cuatro hombres, tres de ellos de entre 59 y 73 años, fallecieron ayer por inhalación de humo después de que se desencadenara un incendio en la pensión social que ocupaban, junto al barrio chino de Bilbao. Las llamas, que se iniciaron sobre las 2.20 y no fueron extinguidas hasta casi tres horas después, devoraron dos de los tres pisos del albergue, gestionado por una asociación benéfica, situada en un viejo inmueble de cinco plantas con estructura de madera. Otras 17 personas, dos de ellas hospitalizadas, se vieron afectadas por el fuego, que obligó a desalojar a 40 vecinos.
"Lo he perdido todo, ropa, televisión, vídeo. Todo lo que tenía ahí. Pero doy gracias a Dios que estoy con vida". Luis Rabasot se lamentaba ayer con el brazo en cabestrillo frente a la pensión La Posada de los Abrazos, donde unas horas antes había perdido, sobre todo, a unos amigos. Se refería a Miguel Ángel, Agustín y Félix, tres asiduos del albergue que murieron en el incendio. Junto a ellos falleció un cuarto residente cuya identidad no fue facilitada. Los cuatro son de nacionalidad española.
Luis ha salvado la vida de milagro. Llevaba sólo tres días fuera de la posada que gestiona desde 2003 una ONG, situada en la calle San Francisco, en el barrio chino de la capital vizcaína. Las obras que se estaban realizando en varias habitaciones de la posada, que ocupaba tres pisos del número 34, le habían obligado a realojarse, junto a otros compañeros, en otra pensión del barrio. "Había venido como todos los días a tomar mi medicina y a desayunar cuando nos hemos encontrado con esto", decía un compañero de Luis, ataviado con un chándal que no disimulaba su extrema delgadez. "¿Quién me va a dar ahora a mí el Retrovit [fármaco utilizado por los seropositivos]?", se lamentaba ante dos ertzainas que vigilaban la zona del siniestro. Algunas de las personas que dormían en la posada eran seropositivos, otras seguían tratamientos para dejar la droga. Casi todos sin techo.
Los alojados en estos pisos tienen un denominador común: la exclusión social. Son personas sin domicilio, mujeres maltratadas, personas con diversas adicciones, con enfermedades mentales... En la Posada de los Abrazos, mantenida por la asociación del mismo nombre, estaban alojadas el viernes 17 personas y a la hora del siniestro dormían 14 en los tres pisos. La ONG aseguró en una nota que la posada tiene todos los permisos en regla y ha superado las inspecciones municipales realizadas. Puede acoger a 22 personas en sus 14 habitaciones.
El concejal de Seguridad Ciudadana y Protección Civil del Ayuntamiento de Bilbao, Eduardo Maiz, corroboró que los pisos tenían todos los papeles en regla. La posada ya sufrió otro incendio hace algo más de un año, según los vecinos.
Varias asistentas sociales del Ayuntamiento de Bilbao se trasladaron casi de inmediato al lugar del incendio para ayudar en el realojo de las 40 personas que ocupaban hasta la madrugada de ayer el inmueble y otro cercano, que también fue desalojado por motivos de seguridad. A las 9.30, los cuerpos de los cuatro fallecidos estaban en el Servicio de Patología Forense de Bilbao, donde se les practicó la autopsia. El forense avanzó en el lugar del siniestro que la causa más probable de los fallecimientos fue la inhalación de humo.
Estructura de madera
Los dos heridos trasladados al hospital bilbaíno de Basurto por inhalar humo son I. G. M., de 35 años, y M. A. V. L., de 49. Otras 11 personas fueron atendidas en el lugar por los equipos sanitarios que se desplazaron a la zona.
El incendio se desató a las 2.20 en el piso tercero izquierda del número 34 de la calle San Francisco, un viejo inmueble de cinco alturas y estructura de madera. Este hecho y el fuerte viento del Oeste que sopló durante toda la jornada en Vizcaya facilitó que el fuego pasara rápidamente por el suelo al tercero derecha y, luego, al cuarto. Los cadáveres de los cuatro fallecidos se encontraban en estos tres pisos de la posada, según informó el Ayuntamiento. Como origen del fuego se barajaban las hipótesis de una colilla mal apagada o un cortocircuito, aunque ninguna ha sido precisada por los investigadores.
Tras el primer aviso, acudieron al lugar una veintena de bomberos con sus equipos, que lograron sofocar el fuego dos horas más tarde. Un retén controló posteriormente el inmueble para evitar que el viento reavivara el fuego y procedió a desescombrar los dos pisos y a retirar los cristales rotos y chamuscados. Las ventanas y los balcones estaban completamente ennegrecidos. "Está todo echado a perder", dictaminó uno de los bomberos, explicando que la estructura de madera del inmueble siniestrado había facilitado que el incendio arrasara en poco tiempo los dos pisos.
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