Miquel Barceló creará en directo una escenografía en el Festival de Aviñón
La 60ª edición del Festival de Aviñón incluirá, entre los espectáculos que presentará del 6 al 27 del próximo mes de julio, una coreografía de Josef Nadj con decorado de Miquel Barceló, un decorado de barro que se irá construyendo a medida que los bailarines realicen sus pasos que, según el título del montaje, tendrán el ritmo de un Paso doble.
Los directores del certamen, Hortense Archambault y Vincent Baudriller, confían este año en Nadj, un coreógrafo húngaro afincado en Francia y extraordinariamente viajero. Él abrirá el festival con un espectáculo titulado Asobu, dedicado al poeta y pintor Henri Michaux y realizado por un grupo de bailarines japoneses. Su otro montaje personal será el ya citado, con Miquel Barceló como responsable del espacio que tendrá que crear en el interior del claustro del convento de los Célestins, uno de los lugares más bellos de Aviñón.
Si en 2004 el alemán Thomas Ostermeier aprovechó su condición de artista invitado para darle una dimensión social a la programación, el año 2005 estuvo lastrado por la desfasada voluntad provocadora del belga Jan Fabre. Ahora, Nadj pone el festival bajo el signo del viaje, a veces en compañía de grandes nombres, como Peter Brook, que traerá una obra inspirada en la vida cotidiana de la townships de África del Sur, como el temible Anatoli Vassiliev, del que se verá una Ilíada y un montaje sobre poemas de Pouchkine, los dos de carácter musical, o como Marcial di Fonzo Bo, que hará subir de nuevo al escenario a Loretta Strong, la heroína insólita ideada por Copi.
Orígenes gitanos
Bartabás, creador de grandes coreografías ecuestres, vuelve de nuevo a Aviñón con una propuesta que dice "rememorar sus orígenes gitanos". Un director con una buena trayectoria, Eric Vignier, estrenará en Europa una pieza del japonés Oriza Hirata, mientras que el excelente actor y director Eric Lacascade proseguirá su investigación sobre la Rusia anterior a la Revolución de 1917 rescatando unos Bárbaros de Máximo Gorki que muy raramente pueden verse en un teatro.
El teatro inglés estará presente con tres piezas de Edgard Bond dirigidas por el casi siempre muy convincente Alain Françon, y el décimo aniversario de la muerte de Marguerite Duras hará que, dentro de la programación oficial, figuren Hiroshima mon amour y Pluie d'eté dirigidos por Eric Vignier.
El festival sigue explorando las relaciones del teatro con otras formas artísticas, ya sea la danza, que se ha consolidado como protagonista ideal para ocupar el inmenso e imponente espacio del patio del palacio de los Papas, ya sea la música, las artes plásticas, la performance, el circo, etcétera. El certamen ofrecerá también propuestas de Corea, Indonesia, EE UU, Argelia, además de los países ya citados. Sobre el papel, una edición tentadora.
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