De lo aristocrático a lo popular

"La fotografía tuvo un papel crucial en la transformación que sufrió el deporte en los primeros años del siglo XX. Cuando el deporte moderno abandonó el reducido ámbito aristocrático, fundamentalmente inglés, para convertirse en un fenómeno popular, la fotografía proclamó este cambio a través de los periódicos y las revistas. De los prados de Eton y Harrow, el deporte se trasladó a los callejones de Liverpool y Glasgow. Y de allí a Bilbao, Madrid, Barcelona y Buenos Aires. Al mundo. El deseo de éxito, de imitación, de superación se volvió irresistible cuando la imagen impresa certificó que los campeones también surgían del pueblo llano y se podía aspirar a ser un nuevo Zamora, un nuevo Belauste, un nuevo Samitier. Aquellos gigantes existían. Invitaban a soñar. Estaban acreditados en las fotografías". Quien así escribe es Santiago Segurola, periodista deportivo y redactor-jefe de EL PAÍS, autor del prólogo del volumen El deporte I, que el diario presenta mañana, domingo, dentro de su colección La mirada del tiempo.

Sin duda, el deporte como espectáculo y fenómeno social es uno de los índices básicos para medir el grado de desarrollo de una sociedad. En este libro se aprecia ejemplarmente la evolución de España desde aquellos barrizales en los que se jugaban partidos de fútbol al Camp Nou o el Santiago Bernabéu, desde los secarrales que pretendían ser pistas de atletismo, al equipo de gimnasia rítmica que consiguió la medalla de bronce en los VII Campeonatos del Mundo, en 1975.