El Ayuntamiento evitará las multas durante el primer mes en la nueva zona de parquímetros
El aparcamiento de pago entra en vigor hoy en todo el interior de la M-30 y tres cascos históricos
El Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) -la red de plazas de aparcamiento de pago en superficie- entra hoy en vigor en 17 nuevos barrios de la almendra central -todos los interiores a la M-30- y en los cascos históricos de tres distritos periféricos. En estas zonas ya no se podrá aparcar gratis en la calle. La extensión del área de parquímetros ha venido precedida por sonadas protestas vecinales, y los grupos de oposición (PSOE e IU) pidieron ayer al gobierno municipal que la paralice. El concejal de Seguridad, Pedro Calvo, se negó en rotundo; pero anunció que, "como se ha hecho en fases anteriores", las multas impuestas durante el primer mes de implantación del sistema no serán tramitadas por la policía.
El SER afectaba hasta ahora -"beneficiaba", puntualiza el Gobierno municipal- a 30 barrios (de ocho distritos) en los que viven 750.000 personas. A partir de hoy se extiende a 17 barrios más y engloba así todo el territorio delimitado por el anillo de la M-30: nueve distritos, 1,1 millones de personas. Pero también se han pintado de azul (para visitantes) y verde (residentes) las calles de los cascos históricos de tres distritos de la periferia -Carabanchel, Hortaleza y Fuencarral-. Esto ha soliviantado a muchos vecinos, que estos días protagonizan manifestaciones y, en ocasiones, arrancan parquímetros de cuajo.
El concejal Calvo insistió en que no paralizará la extensión del servicio, pero señaló que durante un plazo de "aproximadamente un mes" las sanciones que se impongan a quienes aparquen sin pagar en una plaza verde (para residentes) o azul (para conductores de paso) tendrán sólo carácter "pedagógico e informativo". Es decir, que la policía no las tramitará y el infractor no las pagará.
Esa "flexibilidad" trata de responder también a la indefensión denunciada por muchos vecinos que han solicitado su tarjeta de residente y aún no la han recibido. Con ese papel, que cuesta 24,60 euros anuales, los residentes pueden aparcar en las plazas verdes sin límite de horario. Pero Calvo aseguró que la decisión de no multar el primer mes no es producto de las protestas vecinales, sino algo normal que "se hizo también en las dos ampliaciones anteriores del SER" para ir acostumbrando a la gente a la nueva situación.
Objetivo: 25.000 coches menos
El argumento del Ayuntamiento para extender el SER es que, en una ciudad con un parque automovilístico de 1,5 millones de coches y a la que entran cada día otro medio millón de conductores de otros municipios, es necesario disuadir, de alguna manera, del uso del vehículo privado, poniendo trabas. El concejal de Seguridad calcula que, con la implantación del SER en toda la zona interior a la M-30, se logrará reducir en el 5% -no dijo en qué plazo- la entrada de coches a la almendra central de Madrid. Esto es, unos 25.000 coches menos cada día.
Calvo aportó estos datos: en las zonas en las que rigen los parquímetros desde hace dos o tres años, cada plaza verde es ocupada cada día por 1,2 conductores (de media); y cada plaza de color azul, por cuatro conductores diarios. Es decir, de media, cada plaza de parquímetro la ocupan a diario 2,7 coches. "Eso demuestra que se produce la rotación de vehículos que pretendemos", explicó.
"También hubo protestas cuando se instauró el servicio en los barrios céntricos hace cuatro años. Pero luego los vecinos se dieron cuenta de que los parquímetros les benefician. Los residentes que protestan ahora en Fuencarral o Carabanchel lo hacen porque no han entendido en qué consiste el servicio", dijo Calvo. El edil admitió que esa incomprensión puede ser fruto de un "problema de comunicación" por parte del Ayuntamiento. Pero a continuación arremetió, sin nombrarlas, contra algunas de las asociaciones vecinales que se han manifestado estos días. "Hay quien vive tan solo del conflicto, colectivos cuya única razón de ser es el conflicto. Incluso con ellos nos hemos reunido estos días, para ver si tenían alguna aportación que hacer. Pero, sinceramente, no tenían ninguna", afirmó.
Igualmente se mostró indignado Calvo con el PSOE e IU, que durante años apoyaron la fórmula de los parquímetros "y ahora se ponen al frente de las manifestaciones". "Están politizando un tema en el que había acuerdo unánime. Pretenden privar a los vecinos de otros barrios de las ventajas, del privilegio del que gozan los residentes de Chamberí o Salamanca que ya tienen parquímetros. Esos residentes, ahora, no estarían dispuestos a renunciar a un servicio que les favorece", prosiguió el edil.
Los concejales Julio Misiego (IU) y Manuel García-Hierro (PSOE) le replicaron más tarde, durante el pleno, que a lo que ellos se oponen no es a la fórmula de los parquímetros, sino a su implantación "indiscriminada".
Además de instalar los parquímetros en más barrios, las nuevas máquinas tienen un dispositivo que obliga a introducir el número de matrícula para sacar el billete. Eso garantiza que, cada dos horas, el conductor que quiera seguir aparcado tenga que cambiar no sólo de plaza, sino de barrio. "A eso obligaba ya la ordenanza, para garantizar la rotación. Lo que ocurre es que hasta ahora no había forma de controlar que se respetaba esa obligación", explicó Javier Conde, director general de Movilidad.
Una medida antipática
"Los parquímetros eran para la almendra central, no para llevarlos hasta Toledo. Que ustedes son capaces", espetó ayer Julio Misiego (IU) a la bancada popular durante el pleno municipal. Manuel García-Hierro (PSOE) apostilló: "La ciudad ha tenido una reacción alérgica a los parquímetros... y ustedes no se dan cuenta. ¡Esto tiene que ver con los bolsillos!".
La bronca por el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) llegó al debate plenario de la mano de sendas mociones: una de los socialistas pidiendo más aparcamientos subterráneos para residentes, y otra de IU solicitando una moratoria en la extensión del SER.
A ambos respondió lo mismo el concejal de Seguridad, Pedro Calvo: que fomentar el aparcamiento de pago en superficie es fomentar el uso del transporte público, que algo hay que hacer porque tantos coches en Madrid no caben, y que los residentes son los grandes beneficiados por esta medida, porque tendrán reservado "al menos el 75%" de las plazas en cada barrio. "Y ese porcentaje puede ampliarse en barrios en los que las plazas azules (para visitantes) sean menos necesarias", señaló.
"Aunque pueda parecer una medida antipática, con el tiempo verán que favorece la movilidad", insistió Calvo tras leer varios bandos del ex alcalde socialista Enrique Tierno Galván abogando por el establecimiento del aparcamiento regulado (lo que hasta 2002 se llamó zona ORA).
La oposición asegura que no está contra los parquímetros, pero sí contra su implantación en "barrios residenciales" en los que "no hay problemas de aparcamiento, como Carabanchel y Fuencarral". "Una medida que puede ser positiva la convierten en negativa", dijo Misiego a Gallardón. "Suspendan esto, es una chapuza, los vecinos no se quejan por gusto", insistió García-Hierro.
"Pues para no tener problemas, los vecinos de Carabanchel y Fuencarral son de los que más aparcamientos subterráneos para residentes piden", replicó Calvo, antes de lanzar un reto al edil socialista: "Madrid tiene hoy 102.545 plazas en 264 aparcamientos subterráneos. Encuentre una ciudad que tenga más".
El 83% de esas 102.545 plazas es para residentes. En lo que va de mandato, el Gobierno municipal ha inaugurado nueve aparcamientos, tiene en construcción otros ocho y en proyecto 15. "Al final del mandato habrá 12.509 plazas nuevas para residentes. Es difícil hacer más", concluyó Calvo.
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