Carabanchel, Fuencarral y Hortaleza, focos de la revuelta
El servicio de estacionamiento de pago regulado con parquímetros (SER) se extiende a partir de hoy a 17 nuevos barrios de la almendra central -el interior de la M-30- en los que hasta ayer aparcar era gratis. Pero las protestas más sonadas no han venido de estos vecinos -aunque muchos de ellos sí han enviado cartas a los periódicos y mostrado su enfado o su desconcierto a través de Internet-. Quienes han protagonizado la revuelta, con manifestaciones casi diarias, son cerca de 600 vecinos de los barrios del Pilar y de La Paz (Fuencarral), otros tantos de Hortaleza, y un centenar de residentes del distrito de Carabanchel.
Los del Pilar y La Paz alegan dos cosas: primero, que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció el año pasado una ampliación de la zona SER sólo para el interior de la M-30 y los cascos históricos de distritos periféricos. Y ellos ni están dentro de la M-30 -esa parte de Fuencarral queda justo fuera- ni son casco histórico. Segundo, que sus barrios son "plenamente residenciales", sin comercios ni oficinas suficientes como para reservar el 25% de las plazas a los conductores de paso, a cambio de robárselas a los residentes.
En ese último argumento coinciden los vecinos de Carabanchel y Hortaleza. Aseguran que, hasta que el Ayuntamiento llegó con sus parquímetros, ellos nunca habían tenido problemas para aparcar. Ahora tendrán que pagar -24,60 euros al año- por las plazas que antes ocupaban gratis.
Efecto frontera
El edil de Seguridad, Pedro Calvo, y su director general de Movilidad, Javier Conde, replican, a lo primero, que "el caso del Pilar y La Paz es especial". "Su distrito está a caballo, dentro y fuera de la M-30. Es verdad que esos vecinos no habían pedido los parquímetros, pero habrían acabado pidiéndolos en cuanto empezaran a sufrir el efecto frontera", dice Conde.
El efecto frontera, según el director general, es el fenómeno que se produce cuando un barrio tiene parquímetros, pero no el contiguo: los conductores de paso huyen al segundo para aparcar gratis, invadiendo las plazas de los residentes.
Respecto a los cascos históricos, Calvo asegura que éstos sufren "los mismos problemas de tráfico que el centro de la capital", porque actúan como "ejes de atracción comercial" de sus respectivos distritos. Y, por tanto, la extensión del SER "también les beneficiará".
El Ayuntamiento recaudará este año 88 millones de euros por los parquímetros, y gastará 70 millones en mantenerlos y pagar a los vigilantes: obtendrá un beneficio de 18 millones. El presupuesto municipal para 2006 es de 5.700 millones (7.100 millones si se cuenta el coste de la obra de la M-30).
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