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Batalla vecinal por los aparcamientos

La policía ha detenido a siete personas por arrancar parquímetros

En el barrio de Carabanchel Alto ya no queda casi ningún aparato en funcionamiento

Luis Doncel

"Parquímetro instalado, parquímetro talado". Los vecinos de Carabanchel Alto han cumplido la consigna que el pasado día 22 gritaban ante la Junta Municipal en protesta por la implantación del aparcamiento de pago. Ayer no quedaba en su barrio prácticamente ningún parquímetro en pie. En otras zonas de Madrid, como Fuencarral y Hortaleza, algunas máquinas también han sufrido desperfectos. La policía ha detenido en los últimos días a siete personas, dos de ellas menores, acusados de "vandalismo". Cuatro habían deteriorado parquímetros de Carabanchel, y los otros tres en Fuencarral.

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"Me parece perfecto. No sé quién lo ha hecho, pero si lo supiera le daría un título". Juan, un vecino de Carabanchel Alto, expresaba ayer su apoyo a los que han destrozado las máquinas expendedoras de boletos del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). Los siete detenidos se encuentran a la espera de juicio por "actos de vandalismo y destrucción de la propiedad pública".

Según los artículos 263 y 264 del Código Penal, este tipo de daños se castigan con una multa de seis a 24 meses e incluso, si el bien es de dominio o uso público, con una pena de prisión de uno a tres años. Una portavoz del Ayuntamiento estimó en 7.000 euros el coste de cada parquímetro, aunque afirmó que es el seguro quien tendrá que hacerse cargo de esta cantidad.

Pero, aunque los vecinos consultados se oponen rotundamente a la extensión del SER a su barrio, no todos comparten la opinión de Juan. "Me parece tan mal una cosa como la otra. Los que arrancan los parquímetros también nos joroban porque al final nos van a hacer pagar los desperfectos a todos", aseguraba una paseante. El Ayuntamiento únicamente ha contabilizado cuatro máquinas destrozadas, 31 deterioradas (pies doblados, pintadas o manipulación de los teclados) y un número no cuantificado de parquímetros sellados con silicona. Con la extensión del SER al interior de la M-30 y a los cascos históricos de Hortaleza, Fuencarral y Carabanchel, entran mañana en funcionamiento un total de 2.500 aparatos.

Yaida, una estudiante de segundo de bachillerato, relataba cómo algunos aparatos han sido derribados, arreglados y vueltos a derribar: "El viernes por la mañana iba al instituto y alguien se había cargado el parquímetro de la calle de Polvoranca; por la tarde lo vi otra vez en pie... y ahora está de nuevo en el suelo". Otro vecino se quejaba de la presencia policial que ha acompañado a los parquímetros: "Con esto del aparcamiento, ves a los policías nacionales y a los municipales; aquí antes no venía ninguno, pese a que las puertas de los colegios están llenas de camellos".

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Rayas pintadas de blanco

Además del destrozo de parquímetros, otro caballo de batalla entre los vecinos más beligerantes y las autoridades son las rayas pintadas en la calzada. En muchas calles del barrio, los disconformes han pintado de blanco las rayas verdes o azules -según se trate de plazas para residentes o para visitantes- con el fin de hacer saber al Ayuntamiento que no aceptan el SER en su barrio.

Juan Casas, miembro de la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto, contaba que la batalla por el color de la calle ha hecho que cada día aparezca en una tonalidad distinta una calle que se encuentra detrás de la plaza de la Duquesa de Tamames. La calle de Joaquín Turia ya ha amanecido varios días con la pintura blanca superpuesta a la azul. Una señal derribada que marcaba el fin de la zona de estacionamiento limitado es otra signo de la batalla contra el aparcamiento de pago.

El portavoz vecinal Casas se manifestaba en contra de los actos vandálicos, al tiempo que aseguraba que con su última carta, el Ayuntamiento "se ha quitado la careta". En una misiva enviada a los residentes de Carabanchel Alto, el director general de Movilidad, Javier Conde, afirmaba que la finalidad principal del SER es "el establecimiento de un sistema de rotación de vehículos que asegure su utilización por todos los ciudadanos". Según Casas, con esta carta, el Ayuntamiento reconoce que no se trata de desincentivar el uso del coche: "No se trata de proteger a los residentes, sino de mover a los vehículos de las plazas de aparcamiento de la vía pública, es decir, ponerlas en el mercado". "Esto es un negocio puro y llano", concluye.

La asociación ha convocado para el jueves una manifestación en la que espera que cierren los comercios del barrio. Y para el viernes propone que los afectados de todos los barrios de Madrid se concentren en la plaza de la Villa como muestra de apoyo a la causa en contra del SER.

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos emitió ayer un comunicado en el que afirma que el Ayuntamiento no ha extendido, como planeaba, el SER a los barrios de Villa de Vallecas, Barajas y Vicálvaro, por "la oposición de las asociaciones de vecinos y de los concejales de las Juntas Municipales". Según la federación, esto demuestra "la necesidad de consultar las decisiones que afecten a la vida de los madrileños con los representantes vecinales".

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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