Los vecinos reclaman que Can Ricart sea un museo del trabajo
El plan propone también que la antigua fábrica acoja equipamientos
La plataforma Salvem Can Ricart lanzó ayer una propuesta para transformar esta antigua colonia industrial de Poblenou en un conjunto de equipamientos. Los vecinos plantean que la fábrica acoja un casal de barrio, una guardería, un taller de artistas y hasta un museo del trabajo, y rechazan los planes del Ayuntamiento, que pasan por conservar sólo una parte de las instalaciones y sustituir las naves por oficinas.
En una carta abierta al alcalde de Barcelona, Joan Clos, la comisión de vecinos de Poblenou pide que se rehabilite el conjunto patrimonial de Can Ricart "sin mutilaciones", y considera que es posible hacerlo "sin alterar otras previsiones urbanísticas". Pero la propuesta del Ayuntamiento dista mucho de recoger esta petición. El consistorio prevé conservar sólo la mitad frontal de la fábrica, hasta la calle de Bolívia, y derribar buena parte de las naves centrales y posteriores. En su lugar se levantarán, de acuerdo con el propósito municipal, edificios de oficinas y viviendas tipo loft.
Por ahora, el futuro de Can Ricart está en el aire y los vecinos mantienen el pulso. El pasado diciembre, el Ayuntamiento suspendió la licencia de derribo porque aún no se ha determinado qué elementos se preservarán en el Catálogo de Patrimonio Industrial de Poblenou. La intención del consistorio es encontrar un proyecto definitivo para la antigua fábrica antes de Semana Santa. De momento, y como demostración de fuerza, la plataforma ciudadana Salvem Can Ricart presentó ayer un elaborado "plan de usos y actividades". "Es un documento abierto, pero nuestra intención es hacer de este espacio un centro de equipamientos diversos", subrayó el presidente de la Asociación de Vecinos de Poblenou, Manel Andreu.
El Manchester catalán
Los vecinos pretenden rehabilitar el núcleo central, con las naves y el sistema que albergaba la fábrica de vapor, para acoger "el gran museo social de la Cataluña contemporánea": un museo del trabajo de 4.000 metros cuadrados. Este museo serviría para divulgar la historia industrial de Barcelona "desde el corazón del Manchester catalán". El texto que la plataforma dio a conocer desciende hasta los detalles y prevé incorporar salas de exposiciones, biblioteca, archivo y hasta un espacio para investigadores.
Otros 4.800 metros cuadrados se destinarían, dicen los vecinos, a acoger equipamientos de proximidad. Entre ellos, un casal de barrio con sala polivalente, una guardería y un centro social, cultural y educativo para el barrio. Estos tres servicios ya estaban incluidos en el plan de equipamientos de Poblenou, pero en otra ubicación.
El Ayuntamiento de Barcelona pretende mantener uno solo de los centros artísticos radicados en Can Ricart: el edificio Hangar. Los vecinos, por el contrario, plantean potenciar el desarrollo artístico impulsando un taller de artistas, una residencia para creadores y un espacio "de experimentación y producción de arte, ciencia y tecnología". Además, no abandonan la idea de que pueda seguir acogiendo la actividad industrial. Can Ricart podría ser, a tenor de su propuesta, un vivero de empresas de gestión y contenidos culturales.
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