Destituido el general jefe de los 'marines' de Filipinas por su implicación en el golpe
Un coronel llama a la "revolución popular" y encabeza una acción de protesta en un cuartel
Filipinas vivió ayer otra jornada de inestabilidad política y protestas contra la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo. La destitución del comandante de los marines, general Renato Miranda, provocó una protesta de varias horas en el cuartel general de este cuerpo, Fort Bonifacio, donde el coronel Ariel Querubín llamó a la "revolución popular". Por orden del Gobierno, todos los colegios públicos y privados de Filipinas amanecieron cerrados para impedir aglomeraciones que desestabilicen aún más el país, tras el fracaso de la intentona golpista del viernes.
El país permanece bajo el estado de emergencia declarado el viernes por Arroyo y fuerzas especiales de la policía rodean el palacio presidencial de Malacañang. Mientras, el nuevo comandante de los marines filipinos, general Nelson Aliaga, anunció anoche que la crisis está cerrada y que todos los militares implicados en la protesta en Fort Bonifacio acataron las órdenes de la superioridad. "La cadena de mando se ha restablecido", aseguró Aliaga, quien supuestamente cuenta con el apoyo de todos los miembros de la unidad, quienes, precisó, volverán a sus cuarteles.
Junto a Aliaga se encontraba el coronel Querubín, quien provocó la asonada. Después de una larga negociación, Aliaga y Querubín llegaron a un acuerdo y se suspendieron los actos anunciados por los marines en apoyo de Miranda.
En el fuerte se congregaron numerosos miembros de la oposición, incluida la ex presidenta Corazón Aquino, y de la sociedad civil filipina opuestos a Arroyo, que es acusada de haber amañado las elecciones presidenciales de 2004. Diversos familiares de Gloria Macapagal Arroyo, entre los que se incluye su esposo, el empresario José Miguel Arroyo, se han visto además implicados en escándalos de corrupción.
La presidenta de Filipinas, que ya tuvo que hacer frente en 2003 a una intentona golpista, declaró el viernes el estado de emergencia nacional después de que las Fuerzas Armadas anunciaran que habían desbaratado una conspiración golpista, que habían relevado de sus puestos a dos altos mandos militares, uno de los cuales era el propio coronel Querubín, y que se estaba interrogando a un alto mando de la policía.
Tras la implantación del decreto presidencial se prohibieron todas las manifestaciones conmemorativas del 20º aniversario de la caída de la dictadura de Ferdinand Marcos, el 25 de febrero de 1986, y se dispuso el cierre de aquellos medios de información que pudieran dar "noticias desestabilizadoras" para la opinión pública. Oficialmente, se anunció que el general Miranda había sido relevado del mando a petición propia, cosa que ni Querubín ni muchos de sus compañeros de armas creyeron. Anoche se indicó que Miranda estaba siendo interrogado.
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