Coordinación monetaria
Durante los próximos meses tendremos a los tres principales bancos centrales drenando liquidez de forma coordinada, algo que no sucedía desde 1980. Y a pesar de que las subidas descontadas por el mercado no son en ningún caso agresivas, ni esperamos que lo sean, ya que la inflación está contenida en las tres áreas, creemos que este panorama es propicio para que asistamos a aumentos generalizados en la volatilidad en los mercados financieros, lo que tendrá efectos más negativos en aquella clase de activos cuya evolución ha venido condicionada, en gran parte, por la amplitud de liquidez.
En el caso del área euro, tanto los indicadores de confianza empresarial como de los consumidores continúan poniendo de manifiesto el proceso de consolidación de la recuperación cíclica en Europa. Como muestra de ello, el índice de expectativas empresariales alemán (IFO) se sitúa en niveles máximos desde 1991 y podría anticipar una nueva subida del tipo repo por parte del BCE el próximo jueves.
Las subidas descontadas por el mercado no son agresivas, pero este panorama es propicio para un aumento de la volatilidad de los mercados
Las consecuencias del esperado endurecimiento de las condiciones monetarias comienzan a materializarse -aunque todavía de forma muy parcial-, en el comportamiento de algunos activos. En primer lugar, y de forma coincidente con las primeras señales de beligerancia por parte de la autoridad monetaria japonesa, se ha producido una fuerte corrección del precio de las materias primas y, en particular, el oro. Además, la corrección de la corona islandesa y la ampliación de diferenciales crediticios de emisores, causada por el cambio de perspectiva del rating nacional, ha hecho temblar a otras divisas de alto rendimiento como el real brasileño, el rand sudafricano o la lira turca.
En nuestra opinión, subidas de tipos de interés moderadas en un entorno de crecimiento económico significativo -aunque todavía desigual- y con inflaciones reducidas no deberían ser preocupantes para la estabilidad de las cotizaciones de los principales mercados de valores, teniendo en cuenta los niveles de valoración actual. Sin embargo, los activos más sensibles al drenaje de liquidez serán aquellos en los que la recompensa es ya exigua y el nivel de riesgo cotizado muy inferior a su media histórica, entre los que se encuentran las materias primas, la renta fija privada y las divisas de alto rendimiento.
David Cano y Alfonso García Mora son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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