Casi 200.000 personas reclaman a Zapatero que no negocie con ETA y piden su dimisión

Con el lema Por ellos, por todos... en mi nombre ¡no!, entre 177.000 y 190.000 personas, según los cálculos de EL PAÍS, marcharon ayer por la calle Serrano de Madrid convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) para pedir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que no negocie con ETA. La multitud que hizo frente al frío y la lluvia mostró su apoyo a las víctimas, pero sobre todo gritó sin cesar "¡Zapatero, dimisión!" y "Rajoy, presidente".

Rodeado de la práctica totalidad de la cúpula del PP, incluidos varios presidentes autonómicos y su antecesor al frente del partido, José María Aznar, que se quedó en un discreto segundo plano, Rajoy mostró en todo momento evidentes signos de euforia. A un lado y a otro, cientos de personas empapadas aguantaban sólo para poder saludarle. "España se merece otro presidente", gritaban mientras pasaba el líder.

A la manifestación acudieron voces conocidas de la cadena Cope e incluso grupos ultraderechistas, como Falange Auténtica, con su propia pancarta

Rajoy acudió acompañado de la práctica totalidad de la cúpula del PP, entre gritos de "España se merece otro presidente" y banderas españolas

La AVT aseguró que había reunido a 1,7 millones de personas, la Comunidad de Madrid estimó 1,4 millones sin explicar el cálculo y la policía lo dejó en 110.000

Se escucharon muy pocos gritos referidos a ETA, aunque todos los dirigentes del PP, incluido Rajoy, llevaban una pegatina contra la banda. "Zapatero, dimisión", "Zapatero, embustero", "Zapatero, vete con tu abuelo [capitán republicano fusilado en la Guerra Civil]", coreaban al paso de la comitiva popular.

El ambiente, muy similar al de la última manifestación convocada por el PP en la Puerta del Sol para defender la nación española, estuvo dominado en todo momento por los simpatizantes de este partido. A ratos se mezcló el objetivo de esta marcha, el apoyo a las víctimas y la oposición a la negociación con ETA, con el de aquélla, la defensa de la unidad de España. Miles de banderas nacionales, en la calle y en algunos balcones de Serrano, adornaban el recorrido.

En los puestos ambulantes tenían mucho más éxito las banderas españolas que las chapas de "ETA NO", según los vendedores. El PP aprovechó además la concentración para colocar mesas petitorias para su referéndum "contra el Estatuto catalán", según aseguraba una señora que pedía firmas a los manifestantes. "España, una, y no 51", gritaba otro grupo.

En la marcha también se mezclaban otras reivindicaciones de la derecha: "85.000 abortos anuales", rezaba una pancarta. Algunos aprovechaban para vender libros de Pío Moa, otros muchos portaban pegatinas de "La Cope somos todos" -dos de sus principales locutores, César Vidal y Cristina López Schlichting, portaban la pancarta junto a Rajoy-. Incluso grupos ultraderechistas, como Falange Auténtica o el sindicato Manos Limpias, se sumaron a la marcha y portaron su propia pancarta no muy lejos de la del PP.

El enemigo común era Zapatero. "¿Z-ETA-P, perdón para los asesinos? Pues va a ser que no", rezaba una pancarta. Incluso en inglés, para que lo reflejaran los medios internacionales: "Zapatero se rinde al terrorismo" o "Nuestro PM (primer ministro) es un traidor".

La acusación de traición se repetía en muchos cánticos, y cobró fuerza cuando Francisco José Alcaraz, presidente de la AVT, leyó el comunicado final: "¿Cómo vamos a confiar en un presidente que traiciona sus compromisos, que rompe el pacto antiterrorista, que no condena los atentados, que no se atreve a mirarnos a los ojos?". "¡Cobarde! ¡Traidor!", gritaban miles de personas enfervorecidas.

Rajoy realizó después un resumen de los deseos de su gente: "El objetivo es derrotar a ETA, no negociar con ETA. La gente pide una rectificación, que no se juegue con las víctimas, que se cumpla la ley, que no haya un pacto político. Lo que quiere la gente es que las cosas, y sobre todo las cosas del terrorismo, se pacten con las víctimas y con la inmensa mayoría de la gente normal. El PP está aquí porque siempre apoya a las víctimas y al sentido común".

El Gobierno criticó al líder de la oposición. "Rajoy se ha desacreditado como candidato. No puede haber un presidente del Gobierno que divida el sentimiento de quienes han sufrido las consecuencias del terrorismo", concluyó Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación.

Las cifras de los asistentes a la manifestación volvieron a convertirse en un baile. La delegación del Gobierno en Madrid, con datos del Cuerpo Nacional de Policía, estimó el número en 110.989 personas (en la última marcha de víctimas, en junio de 2005, la cifra ofrecida por este organismo fue de 240.000). El cálculo fue efectuado teniendo en cuenta que la superficie total del recorrido, entre las plazas de la República Argentina y Colón, más estas dos explanadas, es de 72.981 metros. La policía estima entre dos y tres personas por metro cuadrado, según las zonas.

La cifra final de la AVT, 1,7 millones de personas, desbordó incluso la facilitada por la Comunidad de Madrid, que se quedó en 1,4 millones. Sin embargo, un portavoz de la Comunidad se negó a facilitar el sistema de cálculo empleado. Si esa cifra se divide por la superficie del recorrido facilitada por la policía, había 20 personas por metro cuadrado. Con cuatro personas, el máximo posible, la superficie tendría que ser de 365.000 metros cuadrados.

EL PAÍS ha hecho sus propios cálculos, uno con la superficie facilitada por la policía y otro tras mediciones del propio periódico. Para calcular los asistentes, dos redactores estuvieron en la marcha y otro hizo el recorrido cuatro veces en ambos sentidos. Cuando la marcha llegó a Colón y Alcaraz acabó su comunicado, la cola llegaba exactamente a la calle de Padilla, con las aceras desocupadas. Según la superficie facilitada por la policía, calculando a tres personas por metro cuadrado, los asistentes fueron 190.000. Tomando sólo los datos del propio diario, los asistentes fueron más de 177.000.