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La polémica de los sondeos

El tripartito abre una investigación sobre las polémicas encuestas encargadas por Pujol

Convergència se desvincula del informe sobre la orientación ideológica de periodistas de TV-3

La publicación de un controvertido informe, encargado por el anterior Gobierno de Convergència i Unió, sobre la orientación ideológica de periodistas de los medios públicos de la Generalitat desencadenó ayer una tormenta política y periodística y un reguero de acusaciones contra la federación nacionalista. Iniciativa, el Partido Popular y Esquerra calificaron el informe de "caza de brujas". Los ecosocialistas entregaron el estudio a la fiscalía, junto con otros 10 sondeos, y el Ejecutivo tripartito anunció la apertura de una investigación con "resultados inminentes", según el consejero Joan Saura.

David Madí: "Es una auténtica estupidez, redactada por un descerebrado"
Joan Boada: "Es una verdadera 'caza de brujas' al más puro estilo macartista"
Marina Llansana: "Es aberrante y un atentado contra la pluralidad de la sociedad"
Joan Saura: "Vamos a llegar al fondo del asunto. Pronto habrá resultados"
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Los políticos catalanes y los sectores periodísticos se desayunaron ayer con un estudio sobre la orientación ideológica de algunos profesionales de TV-3 y Catalunya Ràdio. A Salvador Alsius, presentador en 1993 de los informativos del fin de semana, se le tacha en el informe de "anticonvergente, antipujolista y con claras tendencias antinacionalistas". A Àngels Barceló, de "quintacolumnista, colaboracionista y botiflera". Y así, con media docena más.

Convergència negó cualquier vinculación con el informe, que calificó de "papelucho sin carácter gubernamental" y escrito por un "descerebrado". Las palabras fueron de su portavoz, David Madí, que dimitió en 2003 como secretario de Comunicación del Ejecutivo nacionalista por un escándalo de manipulación de encuestas.

Madí vinculó la publicación de este estudio a "maniobras de tercera división y guerra sucia" del tripartito para intentar desviar la atención "sobre su estado de descomposición interna". En su opinión, el Ejecutivo catalán se ha dedicado a filtrar estos informes a "la prensa amiga que, por otra parte, está haciendo un mal ejercicio de periodismo". Madí, en declaraciones a TV-3, aseguró que "la gente de CDC es muy sólida y de una gran honorabilidad". Convergència no quiso responder ayer a la información que se publica hoy sobre los informes respecto al Ayuntamiento de Barcelona.

Por su parte, el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, anunció ayer en Nueva York que se abrirá una investigación sobre los informes y las encuestas, informa Miquel Noguer.

Saura advirtió de que el Gobierno quiere llegar "al fondo del asunto". El consejero ecosocialista hizo estas declaraciones junto al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien aseguró estar al corriente de este caso y estuvo de acuerdo con las palabras de Saura sobre la necesidad de determinar reponsabilidades en los anteriores equipos del Departamento de Presidencia.

La investigación gubernamental correrá paralela a la de la fiscalía. Ayer el portavoz de Iniciativa per Catalunya, Joan Boada, entregó a la fiscalía 11 de las 175 encuestas encontradas a lo largo de este mes para determinar si constituyen un delito de malversación de fondos públicos. "CiU utilizaba el Gobierno como su finca particular", denunció, y consideró "una verdadera caza de brujas al más puro estilo macartista" el informe. Similar calificación utilizó el portavoz del PP, Daniel Sirera, quien extendió su acusación al tripartito por el estudio sobre los medios de comunicación que le costó el cargo al secretario de Comunicación Miquel Sellarés.

Los socialistas catalanes, por boca de su secretario de organización, José Zaragoza, se preguntaron ayer por qué, meses después de la redacción de ese informe, Salvador Alsius y Àngels Barceló dejaron de presentar los informativos. El dirigiente socialista Joan Ferran, por su parte, tachó de "insultante" el informe, "tras el cual hay personajes conocidos".

Marina Llansana, portavoz de Esquerra, denunció que "el concepto de democracia que se deriva de esta práctica es aberrante y un atentado contra la pluralidad de la sociedad misma".

Los profesionales de TV-3 y Catalunya Ràdio tampoco se anduvieron con rodeos a la hora de opinar sobre el informe. El comité profesional y el de empresa reclamaron a la dirección una investigación para descubrir al autor del estudio y la "despolitización urgente del sistema de nombramientos en los medios públicos". Los comités profesionales de la radio y la televisión catalanas calificaron el estudio de "intolerable" y tildaron a los responsables de su redacción de "personajes estrambóticos, que son una creación directa y monstruosa del sistema".

Uno de los aludidos, Salvador Alsius, aseguró que el informe "se descalifica por sí solo" y definió al presunto autor como un "pobre diablo". Alsius se declaró un periodista independiente -"no soy ni de uno ni de otros"- y reclamó que ningún partido utilice su caso de forma partidista. También desvinculó ese documento de su destitución como presentador del informativo.

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