"Mick Jagger es mi ideal de Casanova"
Menos de un año y una película es todo lo que Heath Ledger necesitó para dar un vuelco total a su vida. Antes de Brokeback Mountain, el actor australiano, de 26 años, era una más de las nuevas promesas de Hollywood, que tras El patriota perdió los papeles en una carrera plagada de malas elecciones y una vida sentimental pasto de una prensa rosa más interesada en su relación con Naomi Watts que en su trabajo. Un año después de Brokeback Mountain, el filme que ha cautivado a los espectadores y le ha dado la vuelta al género del Oeste también le ha cambiado la vida a Ledger, aspirante al Oscar al mejor actor por su trabajo como el cowboy Ennis del Mar, que The New York Times compara con Marlon Brando y Sean Penn en sus mejores épocas. Incluso su vida personal ha cambiado junto a sus dos amores, la actriz Michelle Williams, a la que conoció en el rodaje de Brokeback Mountain y que también aspira al Oscar a la mejor actriz secundaria, y la hija de ambos, Matilda, de tres meses. Por eso, después de este cambio se puede relajar y divertirse con su nuevo estreno, Casanova, filme de época que ofrece una versión actualizada de las andanzas amorosas del más conocido de los Don Juan, rodado íntegramente en Venecia, de la mano del realizador Lasse Hallström y con la belleza de Sienna Miller a su lado.
"No nos tomamos la historia de Casanova muy en serio. Nos divertimos un rato"
"No me gusta lo del chico de moda. Prefiero aspirar a conseguir una carrera larga"
Pregunta. De las montañas de Brokeback Mountain a los canales de Venecia para Casanova, el salto no puede ser más grande.
Respuesta. Si digo la verdad, fueron unas vacaciones de trabajo. La idea surgió después de Brokeback Mountain y fue el contrapunto perfecto para no tomarme el trabajo muy en serio y relajarme después de algo tan duro. Michelle (Williams) estuvo conmigo en el rodaje y es difícil escapar al romanticismo de Venecia. Tampoco nos tomamos la historia de Casanova muy en serio. Más bien tomamos prestado su nombre y su leyenda y nos divertimos un rato en los canales de esa ciudad tan maravillosa.
P. ¿Qué conocía de esta figura tan lasciva y romántica?
R. Puedo asegurar que éste no es el Casanova de Fellini. La mejor preparación me la dio Michelle y nuestra historia de amor. Así pude practicar mi lado romántico. Por curiosidad me leí un par de volúmenes de los diarios de Giacomo Casanova y me pareció una figura de lo más interesante. Me recordó a gente como Mick Jagger, mi idea del Casanova actual. Seguro de su sexualidad y capaz de dejarlo claro desde el momento en el que cruza el umbral.
P. ¿Alguna vez pensó lo mucho que le iba a cambiar la vida una sola película?
R. Desde mi primera conversación con Ang Lee supe que la historia de Brokeback Mountain exigía una versión más madura de mí, como actor y como persona. Y cuando acabé el rodaje me sentí satisfecho. Pero mi mayor recompensa fueron mis dos chicas. La película me dio una familia, la mía, lo cual es totalmente inusual.
P. También le dio una carrera.
R. Eso lo tenía claro. Antes de lanzarme a mis últimos estrenos me tomé un tiempo de reflexión porque sabía que estaba destruyendo mi carrera. Así que decidí acabar con todo, saltar al vacío y empezar de nuevo. Fue entonces cuando comencé a rodar cinco películas, una detrás de otra. Lords of Dogtown, Los hermanos Grimm, Candy en Australia y, sobre todo, Brokeback Mountain y ahora Casanova.
P. Y el fruto de esa maduración fue Brokeback Mountain.
R. Supongo, pero ahí sí que siento que fue la suerte porque yo me veo como la última pieza de un puzzle perfecto que tienes miedo a cargarte. Era el guión perfecto y el director perfecto. Lo más gracioso es que durante toda mi carrera siempre he dudado de mí. Es parte de mi proceso cuando acepto un papel, pasarme el mismo tiempo convenciendo a mi agente para que me saque de ese trabajo. Nunca me pasó con Brokeback Mountain. Nunca sentí que estuviera arriesgando nada. Tan sólo vi en mis manos esa bella oportunidad de contar una historia que nunca había sido contada.
P. ¿Eso fue lo que vio en Michelle?
R. Sí y no. En cierto modo, nuestra relación hizo la estancia mucho más agradable en las montañas de Wyoming, todo un contraste con Jake (que rompió durante el rodaje con su novia, Kirsten Dunst). Pero fuimos profesionales y no dejamos que nuestra relación afectara a nuestros personajes. Al revés, la experiencia nos dejó muy confusos y cuando vimos la película por primera vez no sabíamos qué pensar. Más tarde, cuando la vimos en el festival de Venecia con público, pudimos apreciar con orgullo que era una buena película, un paso adelante en nuestras vidas.
P. ¿Tiene algún antídoto contra la popularidad?
R. Se llama Brooklyn. Finalmente, me marché de Hollywood y ahora vivimos en Brooklyn, Nueva York, donde a la gente le da igual quién soy. Y tenemos otra casa en Bronty, en Sidney, porque me encanta volver a casa siempre que puedo.
P. Y la paternidad, ¿cómo le ha cambiado?
R. Me ha mostrado lo inútiles que somos los hombres. Nunca me he sentido más impotente que cuando asistí al parto de Matilda. Ser testigo de esa fuerza innata, esa determinación que tienen las mujeres en el momento del parto para ese último empujón, me parece lo más espectacular que he presenciado en mi vida.
P. Pase lo que pase el próximo 5 de marzo en la entrega de los Oscar, ¿cree que podrá mantener el nivel de calidad que ha logrado en Brokeback Mountain?
R. Yo sigo pensando que no valgo nada. ¿Que si podré mantenerme? No lo sé. Mis aspiraciones en esta industria son ésas. No me gusta lo del chico de moda. Ya lo he probado. Prefiero aspirar a conseguir una carrera longeva. Y para eso lo mejor que puedo hacer es diversificar mis elecciones. Además de elegir con el corazón y no con la chequera.
P. ¿Qué hay del proyecto junto a los hermanos Coen No country for old men? Al parecer, Javier Bardem y Tommy Lee Jones están en negociaciones por la misma cinta.
R. Por el momento, no quiero pensar en trabajo. Me gustaría pasarme un año de viaje. Queremos ir a Australia con la niña, que conozca el océano, y mi único pensamiento es pasar todo el tiempo que pueda con mis chicas.
P. Pues tendrán que buscar niñera para la noche de los Oscar.
R. Eso fue lo que nos dijeron los amigos cuando nos avisaron de la candidatura, y lo mejor de toda esta euforia es que es compartida. Me siento mucho más orgulloso por la candidatura de Michelle que por la mía.
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