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Moratinos hablará con Kirchner sobre la polémica planta española de celulosa

Confirma que habrá policías nacionales y guardias civiles en Haití

Miguel Ángel Moratinos no piensa desentenderse del conflicto desatado entre Uruguay y Argentina en torno a la construcción de una planta de celulosa por una empresa española. Tras entrevistarse ayer con las autoridades uruguayas, el ministro de Asuntos Exteriores aseguró que mañana planteará el problema en Buenos Aires, donde verá al presidente argentino, Néstor Kirchner, para llegar a una solución negociada.

El ministro, sin embargo, rechazó cuidadosamente en términos como "mediación" o "arbitraje" describir las gestiones que ha emprendido, ya que, explicó, "las palabras diplomáticas las carga el diablo". "No voy a caer en eso aquí", añadió, consciente de la agresividad que este asunto ha despertado entre los gobiernos de los dos Estados fronterizos del Río de la Plata. Moratinos dijo que España "hará todo lo que esté en su mano y al alcance de la amistad que le une" a las dos partes para que el tema se arregle en función de esa forma amistosa.

El ministro uruguayo de Asuntos Exteriores, Reinaldo Gargano, anunció, por su parte, que su país prepara acciones internacionales para pedir que se le indemnice por las grandes pérdidas económicas derivadas de la acción de piqueteros argentinos que han cortado las comunicaciones por carretera entre los dos países. El ministro aseguró, además, que el Gobierno uruguayo está convencido de que las fábricas controvertidas cumplen plenamente las normas medioambientales de Uruguay, no amenazan a nadie y son positivas para economía.

El conflicto ha surgido por el proyecto uruguayo de construir dos plantas de pasta de papel sobre el río Uruguay que los argentinos rechazan con el argumento de que les llenará de contaminación su orilla. Moratinos, que se entrevistó ayer con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y con los directivos de Empresa Nacional de Celulosa Española (ENCE), constructora de una de las fábricas, verá mañana a Néstor Kirchner. El presidente uruguayo ha tratado, sin éxito, de que su colega argentino le reciba.

Moratinos acudió a Montevideo para hacer el traspaso de poderes de la presidencia de las Cumbres Iberoamericanas, cuya próxima edición se celebrará en la capital uruguaya del 27 al 29 de octubre próximo, según se anunció ayer.

Extradición de un etarra

Trató también de temas bilaterales. En concreto, según dijo, se interesó por la extradición del presunto etarra Jesús María Lariz Iriondo. "Me ha dicho mi colega que la legislación uruguaya le será aplicada con la mayor rapidez, rigor y garantías. Eso es lo que esperamos", añadió.

El asunto de Lariz Iriondo se viene arrastrando desde 1992, cuando la policía uruguaya detuvo a 13 etarras presuntamente conectados con los tupamaros, y no parece que pueda evolucionar mucho a estas alturas. El supuesto terrorista ha cumplido una pena menor, de dos años, en Uruguay, y su extradición ha sido rechazada dos veces por la justicia. El anterior presidente, Jorge Batlle, le expulsó en 2003 a Argentina, donde los tribunales volvieron a rechazar la petición española de extradición. Lariz regresó luego a Uruguay.

"Nuestras ideas sobre ETA están muy claras, pero también la convicción de que las leyes deben ser cumplidas por todos. Batlle simplemente le depositó ilegalmente en Argentina", declaró ayer Gargano, que recordó que él mismo estuvo a punto de ser víctima de ETA durante sus años de exilio en España, cuando la banda terrorista atentó contra el edificio de oficinas en el que trabajaba. Añadió que Lariz Iriondo estará bajo estrecha vigilancia a fin de que no incurra en nuevas actividades delictivas.

El ministro Moratinos dijo también que la Embajada de España en México "ha realizado las gestiones oportunas" y "ha explicado la posición del Gobierno español" en relación con la decisión del Parlamento mexicano de recibir a una comisión de la ilegalizada Batasuna.

Por lo que se refiere al anunciado retorno de las tropas de Haití, el ministro de Exteriores precisó ayer que no significa que "España abandone ese país" a su suerte, ya que habrá que aumentar la ayuda humanitaria y los contingentes de Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, a fin de cooperar en la reconstrucción del Estado de derecho y de las instituciones del país caribeño. "Ésa es la tarea que se plantea, una vez superadas las elecciones presidenciales", concluyó Moratinos.

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos (izquierda), con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos (izquierda), con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.AP

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