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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

CiU asume con mínimos retoques el título de derechos al que se opuso en Cataluña

El PSOE negoció con Duran Lleida los cambios que permitieron el acuerdo en la ponencia

Las amenazas de ruptura del pacto con el PSOE sobre el Estatuto de Cataluña formuladas por CiU se tornaron por la noche en acuerdo absoluto. El grupo nacionalista votó a favor del Título de Derechos y Deberes, al que había votado en contra en el Parlamento de Cataluña, con unos mínimos retoques en materia del derecho a una muerte digna, a la interrupción del embarazo y a las uniones de hecho. Todo lo que figura en el Estatuto de Cataluña en esos temas se pone en relación a lo que ya dicen las leyes aprobadas por las Cortes Generales. ICV votó con los dos grupos anteriores y ERC se sumó al consenso en 47 de los 50 artículos. El PP se jactó de su soledad en defensa de "un modelo económico y social liberal".

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Cuando el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, abrió ayer la sesión a las cinco de la tarde para que empezara la segunda reunión de la ponencia que estudia el Estatuto de Cataluña, el pacto ya se había producido. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero había conversado con el dirigente de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, según fuentes convergentes, y el diputado Josep Sánchez Llibre hacía los últimos retoques con el portavoz constitucional socialista, Ramón Jáuregui, y el secretario general del grupo, Diego López Garrido. Las advertencias de ruptura se disiparon.

El resultado fue que PSOE, CiU, e ICV votaron juntos todos los artículos, y ERC sólo votó en contra de tres de los 50 artículos de este capítulo, junto a Eusko Alkartasuna. El PP votó en contra de los 50.

Las interpretaciones de lo ocurrido corrieron a la par del sentido del voto. Los socialistas López Garrido y Jáuregui defendieron satisfechos "la ampliación del consenso" en relación con lo ocurrido en el Parlamento de Cataluña y resaltaron la "plena constitucionalidad" de este capítulo.

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Quien más claro habló fue el diputado de ICV Joan Herrera que compareció con su compañero de filas Jaume Bosch. "A CiU le ha pesado más la vertiente conservadora, de derechas, que la nacionalista, y por eso ha querido precisiones que no eran necesarias". Herrera hacía referencia a los "fantasmas" que se habían agitado "desde la Fundación FAES, del PP", y que, a su entender, CiU había hecho suyos. "Dijeron que el Estatuto legalizaba la poligamia, el aborto libre, la eutanasia...", recordó el diputado de ICV. Lo aprobado en esas materias se relaciona con "las leyes vigentes" de Cataluña y de las Cortes Generales.

Pero las apelaciones a las leyes vigentes no eran asunto baladí para los dirigentes de CiU. Nuria de Gispert, Ramón Camp y Francesc Homs, señalaron que con las precisiones aprobadas "ha quedado claro que no hay nada de lo dicho sobre eutanasias, poligamia o aborto". También, el modelo de sociedad que se desprende "es neutro", para que puedan reconocerse todos los ciudadanos. "La capacidad de llegar a acuerdos en esta ponencia es directamente proporcional a la mala cara de algunos", afirmó Homs, para quien "los malos augurios" de algunos no se ven cumplidos. Lo cierto es que los propios dirigentes de CiU, con sus declaraciones matutinas, alentaron especulaciones sobre rupturas.

Pero tras el trabajo de ponencia, los dirigentes de CiU, a través de Homs, se quejaron del comportamiento de ERC y del PP. "Ambos partidos, ponen en cada sesión palos en las ruedas para impedir que haya acuerdos", dijo.

La actitud de los dirigentes de ERC, Joan Ridao y Joan Puigcercós, fue de ironía al glosar la reunión. "CiU hablaba de exigir grandes cambios y supresiones y, al final, ha presentado unas enmiendas superfluas que no mejoran nada". Por supuesto que estos políticos defendieron su voto a favor de 47 de los 50 artículos porque buena parte de los mismos nacieron de su mano. No votaron a favor del artículo que se refiere a la Memoria Histórica porque el PSOE, junto al resto, a excepción del PP, suprimió la mención a "las libertades nacionales", en referencia a los catalanes que murieron durante la Guerra Civil. Los socialistas están suprimiendo el vocablo "nacional" referido a Cataluña.

Tanto López Garrido como Jáuregui, y su compañero del PSC, defendieron la actitud de todos los grupos menos la del PP al no votar a favor de ningún artículo. "Muchos de los preceptos sobre derechos y deberes que el PP ha votado en contra figuran en el Estatuto Valenciano, que sí votó a favor", señaló López Garrido. Los textos de uno y otro fueron mostrados al final de las comparecencias para que se comprobara lo dicho.

Pero el PP no estaba disgustado por esta soledad. Su presidente en Cataluña, Josep Piqué, mostró un punto de orgullo por quedarse "solos en la defensa de un modelo económico, liberal, y en contra de uno intervencionista". Y continuó: "Nos hemos quedado solos en la defensa de un modelo social liberal y no de un modelo ideológico de izquierdas". Junto a él comparecieron Soraya Sáenz de Santamaría y Federico Trillo. Éstos criticaron "con todo respeto" al presidente de la comisión, Alfonso Guerra, por permitir transacciones, en beneficio del PSOE, sobre "enmiendas virtuales", y presentadas in voce.

Esta crítica va a ir en aumento, según anunció ERC. Éste grupo anunció que presentará una queja en la Mesa de la Comisión, después ante la Mesa del Congreso y, si no se les hace caso, presentarán recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. El republicano Joan Ridao señaló que "se está viviendo un esperpento con transacciones que no se sustentan en nada".

Estas transacciones y enmiendas a viva voz obedecen a la necesidad de trasladar a la ponencia el acuerdo entre PSOE y CiU al texto que llegó del Parlamento de Cataluña. Por su parte, tanto López Garrido como el propio Alfonso Guerra, defienden la interpretación según la cual en la fase de ponencia se puede negociar, reescribir e incluso hacer textos completamente nuevos. No hay nada escrito al respecto, aseguraron.

Josep Lluís Carod (a la izquierda), Joan Ridao (centro) y Josep Piqué, ayer en el Congreso.
Josep Lluís Carod (a la izquierda), Joan Ridao (centro) y Josep Piqué, ayer en el Congreso.EFE

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