Elegir un camino

Aprobar el bachillerato. Prepararse para sobrevivir a los tres días de Selectividad. Esperar las notas y que sean lo suficientemente altas para acceder a la carrera elegida. Eso, si ya se tiene claro qué carrera elegir. Y luego, los tediosos trámites burocráticos. Los últimos meses de instituto de los alumnos que han decidido seguir sus estudios en la universitadad no son fáciles. Cada año, la mayoría de las universidades organizan jornadas para tratar de convencer a los chavales de las bondades de elegir su campus y despejar todas las dudas para reducir el estrés de ese periodo y explicar en qué consisten las carreras para que puedan elegir.

"Yo voy a hacer todo lo que me han dicho; soy muy propensa a llegar tarde". Arancha Sesmero (18 años), del instituto Federica Montseny de Fuenlabrada (Madrid), se refiere a los consejos prácticos que le acaban de dar en la Facultad de de Ciencias Políticas de la Complutense sobre las pruebas de acceso a la universidad. Por ejemplo, hacer el camino hasta el aula donde se realizará el examen días antes de que se celebre, lo que no se puede olvidar (el carné, por ejemplo), o qué parte de las hojas de exámenes deben rellenar.

Juan de Dios Centeno, profesor de Geológicas, se encarga de dar estas claves cada día a unos 100 chavales. En total, han pasado por las X Jornadas de Orientación Preuniversitaria de la Complutense unos 25.000 alumnos de 321 institutos de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Centeno desgrana todo el proceso, desde la matrícula de selectividad, hasta la matrícula en la carrera seleccionada, pasando por las reclamaciones o las oportunidades para subir nota.

Los alumnos, que llegan a la facultad de Sociología, solos o acompañados por algún profesor, están cursando bachillerato de Ciencias Sociales o, en menor medida, de Humanidades. También se celebran jornadas en otras facultades, como Derecho o Geografía e Historia. Pero los que han ido a Políticas saben que les van a hablar de Administración y Dirección de Empresas, Economía, Psicología, Sociología, Empresariales, Estadística, Gestión y Administración Pública, Logopedia y Trabajo Social.

Muchos de los alumnos ya han decidido qué carrera elegirán, pero algunos mantendrán la duda hasta el último momento. "Algo de Empresariales, Económicas, Periodismo...", dice Laura Rodríguez, alumna de 17 años del instituto Profesor Ángel Ysern de un municipio cercano a Madrid. "Es que hay que tener en cuenta muchas cosas", añade. Los gustos, las capacidades; a la mayoría de los alumnos les preocupa especialmente si encontrarán trabajo cuando terminen los estudios. Las estadísticas dicen que cuanto más nivel de estudios, menos paro (un 7% entre los graduados superiores, un 10% entre los graduados en bachillerato o FP de grado medio) y entre las carreras, también hay diferencias. "Hay que mirar el trabajo y ganar pasta", dice Arancha Sesmero. Estudios recientes señalan que la mitad de los bachilleres no saben qué carrera elegir tres meses antes de matricularse y casi uno de cada tres abandonará la carrera después de cursar el primer año.

De lo que se trata con las jornadas es de que "la gente sepa a dónde va", explica la vicerrectora de Alumnos de la Complutense, Margarita Barañano. Y no sólo académicamente. De eso se encarga en la primera parte de la charla Rafel Feito, experto en Psicología de la Educación, que habla de las actividades extraacadémicas (deportes, teatro, asociaciones) o de la mentalidad con la que se ha de abordar la etapa universitaria: "Los alumnos que empiecen ahora una carrera cambiarán seis veces de trabajo en su vida, y el 40% de los trabajos que habrá en 2010 aún no sabemos cuáles serán".

Al final de una jornada de más de tres horas, los chavales, cansados, salen con un librito que explica pormenorizadamente el contenido de las carreras. Para muchos, la mañana ha sido productiva, pero también se escuchan comentarios en contra: "Como si no tuviéramos ya libros, nos dan otro para que nos orientemos".