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Reportaje:

Amadeus cambia de apellido

La nueva denominación recoge el protagonismo de las tecnologías de la información en su actividad

Amadeus ha cambiado de dueños y hasta de apellido, pero mantiene invariable su equipo gestor y su estrategia. "Queremos ser el número uno en provisión de tecnologías de la información para viajes en 2010", ha anunciado hace unos días el presidente del grupo líder en sistemas de distribución global de reservas y proveedor tecnológico del sector de viajes. La compañía, tras la adquisición del 52,16% de su capital por BC Partners en 2005 y su exclusión de Bolsa, cambia su denominación social de Amadeus Global Travel Distribución a Amadeus IT Group.

Tiene 500 aerolíneas como clientes y uno de cada cuatro euros de sus ingresos proviene ya de sus sistemas de tecnologías de la información

"El nuevo nombre refleja mejor la amplitud y diversidad de la oferta de Amadeus al sector de los viajes y el turismo", dice su presidente, José Antonio Tazón. "Aunque la distribución de reservas sigue siendo una parte muy importante de su negocio internacional, se convierte en un elemento más de una cartera tecnológica muy amplia".

En la actualidad, sobre el total de su facturación, 284,1 millones de euros en los primeros siete meses de 2005 (es la última cifra hecha pública tras el reciente cambio en las fechas de inicio y cierre de su ejercicio económico), un 75% corresponde a ventas de reservas de viaje y el resto a servicios de tecnologías de la información.

Amadeus es desde su creación por cuatro aerolíneas (Air France, Iberia, Lufthansa y SAS), hace 19 años, un grupo paneuropeo articulado en torno a tres sedes (una administrativa y comercial en Madrid, el centro de datos en Erding, cerca de Múnich, y su principal centro de desarrollo en las proximidades de Niza) y a una red de clientes y oficinas que hoy se extiende por los cinco continentes.

Surgió como una central de reservas aéreas, pero a diferencia de sus competidoras (Sabre o Galileo) ha ido ampliando su gama de servicios tanto en distribución (que alcanzan ya al conjunto del sector de viajes y turismo) como en desarrollo y comercialización de soluciones avanzadas de gestión. Amadeus acumula desde 2000 inversiones en tecnologías GDS y de la información por valor de 600 millones de euros y según la Comisión Europea es la compañía que más ha invertido en I+D en su sector en Europa.

Es este modelo de negocio, asumido y respaldado por los nuevos propietarios de Amadeus, y que ha sido clave en su expansión, el que ha propiciado el reciente cambio de su denominación.

Unas 500 líneas aéreas, que suponen en conjunto el 95% del total de plazas de avión que se ponen a diario a la venta en el mundo, son clientes de la central europea de reservas. Según explican en el grupo, 151 de ellas utilizan Amadeus Altea Sell como su sistema interno de ventas y reservas en sus propias oficinas, aplican como propio el sistema y las soluciones de distribución de Amadeus "para ofrecer al pasajero un servicio integrado y de calidad a un precio óptimo".

Muestra del éxito de este modelo, dicen en Amadeus, es el peso que tienen desde hace años en su facturación dos gigantes como British Airways o Quantas, sin participación alguna en su capital.

La mayor parte de sus clientes son aerolíneas tradicionales, pero en los últimos años han incorporado también 32 compañías de bajo coste. Presta además servicio a 75.000 agencias de viaje, distribuye reservas de plazas de 56.000 hoteles y opera con 42 empresas de alquiler de vehículos, y con navieras, ferroviarias, mayoristas de turismo y compañías de seguros.

"Nuestro negocio de distribución de reservas es distinto al de nuestros competidores porque nuestro mercado también lo es.Ellos operan en un mercado, EE UU, grande y homogéneo y han apostado por una batalla de precios a la baja para hacer frente a los efectos de la desregulación y seguir compitiendo", explican en Amadeus. "No entramos en esa guerra", agregan. "Nuestros mercados, Europa y Asia, son menos homogéneos y exigen tratamientos diferenciados. Además creemos que la reducción de tarifas no es la solución a medio plazo, ya que, inevitablemente, lleva a empobrecer el servicio prestado a la aerolínea cliente y va a repercutir en la fidelización del pasajero".

Amadeus cobra tarifas diferentes "en función del servicio que presta, de su complejidad en la gestión y del valor añadido que aporta a la aerolínea", dicen, "y no en función del cliente".

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